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...TE CUENTO ALGO ANTES DE DORMIR - II PARTE...¡¡..GRACIAS SEÑOR LEÑADOR..!!...  

hechizada73 51F  
1837 posts
3/31/2013 8:48 am

Last Read:
10/8/2016 7:30 pm

...TE CUENTO ALGO ANTES DE DORMIR - II PARTE...¡¡..GRACIAS SEÑOR LEÑADOR..!!...


...CAPERUCITA FUE ENGAÑADA...AHORA...¿¿¿..QUÉ SUCEDERÁ...???...

Lo que no sabía era que ese no era ningún atajo, sino un camino más largo para llegar a la casa de la abuela, ¡el lobo la había engañado!. Él tenía pensado desde principio comerse a Caperucita después de darle la lección, pero cuando supo a donde iba ella pensó que también podía comerse a la abuela y esa era una tentación muy grande para dejar pasar. El lobo no tardó mucho tiempo en llegar a donde la abuela y con delicadeza tocó la puerta de la casa. La abuelita tardó unos momentos en responder, ya que era una señora muy viejita que no se movía muy rápido. Apenas abrió la puerta el lobo se la comió de un solo bocado, sin darle tiempo a reaccionar. Luego tomó algunas de sus ropas y se las puso para que cuando llegue Caperucita lo confunda con ella, era un plan perfecto. Pasaron algunas horas cuando Caperucita por fin vio a lo alto de la colina una casa que largaba humo por la chimenea. Enseguida supo que era la casa de su abuelita, quien siempre tenía prendido un fogón, por eso el humo. Aliviada por haber llegado entró a la casa y llamó a su abuela
Abuela, abuela, soy yo, Caperucita.
Estoy recostada querida, ven a la pieza, dijo el lobo tratando de imitar la voz de la abuela.
Caperucita se dirigió a la habitación muy contenta porque iba a ver a su nana, hacía tiempo que no lo hacía. Entró a la pieza allí en la cama vió a su abuela acostada ¡qué mala suerte la de Caperucita que no se dió cuenta que ese era el lobo ruin!. Pero esperen, Caperucita podría ser un tanto despistada pero igual notaba cierto cambio en su abuela, algo raro. Preguntó entonces
Abuelita, te ves diferente hoy.
Dime Caperucita ¿qué notas tan distinto?, cuestionó el lobo.
Bueno, tus orejas ¿Por qué las tienes tan grandes?
para oírte mejor.
¿Y tus ojos, por qué tan grandes?
para verte mejor.
¿Por qué también tienes la nariz tan grande?
Es para olerte mejor Caperucita.
Pero abuela ¿por qué tienes la boca tan, tan grande?
Es para... ¡¡comerte mejor!!
De pronto el lobo se lanzó sobre Caperucita que gritó horrorizada por la situación, a causa del miedo no pudo escapar y así terminó siendo bocadillo de lobo. El rufián después de comérselas sintió que no podía moverse.
En ese momento llegó a la casa de la abuela un bondadoso leñador que daba la casualidad estaba por esos caminos buscando alimento. El leñador entró al hogar para ver si había alguien allí.
Hola ¿hay alguien en casa? preguntó pero nadie respondía, era todo silencio.
Sin hacer mucho ruido se dirigió a la pieza y allí descubrió al lobo tirado en el suelo, sin fuerzas para moverse. Este miró al leñador fijamente tratando de asustarlo mientras que decía
Te comería leñador pero ya estoy lleno, así que aprovecha para irte antes de que me recupere.
No te tengo miedo lobo, por eso voy a usar mi afilada hacha contigo, dijo el leñador sin titubear y tomando el hacha entre sus manos atacó al lobo que solo pudo quedarse viendo como llegaba su triste final. Fue entonces que, de el cuerpo sin vida del animal salió Caperucita roja junto a su abuela, por suerte sólo estaba inconsciente.
Muchas gracias, dijo la niñita al valiente leñador.
En verdad tuvieron suerte que pasara yo por aquí.
Dígame señor ¿es usted un cazador?
No, soy un leñador.
Muy bien señor leñador, ¿hay algo que pueda hacer para mostrarle mi aprecio?, le debo la vida por si no lo recuerda.
Quizás algo de comer ya que hace días que no como.
Mmmm creo que el lobo ya se comió lo que había traído para mi abuela, desgraciadamente.
Entonces podrías hacerme un pequeño... favor, dijo el leñador deseoso de otra cosa.
La chiquilla luego de pensarlo entendió a que se refería. Por supuesto que una comida no era suficiente recompensa por lo que había hecho el gran hombre, alto y musculoso, por eso sintió la necesidad de hacer algo más grande por su salvador. Así y todo había que entender al leñador, era un solitario viajero que hacía tiempo no estaba con una mujer y Caperucita parecía ser la indicada para calmar esas ansias. Sin perder tiempo Caperucita se arrodilló frente a él, desabrochó sus pantalones y los dejó caer para que este esté más cómodo. El leñador seguro podía conformase con ese agradecimiento, que era más de lo que esperaba. Luego suspiro de placer cuando su pene entró en la pequeña boca de Caperucita, que lo albergaba con mucha suavidad y lo trataba con sumo cariño. Ella en aquel momento emprendió el típico movimiento cuando se hace una fellatio, solo que esta vez también acariciaba los huevos (que eran más grandes que los del señor lobo, si señor). Su cabeza iba de atrás hacia adelante con mucha velocidad, se podía decir que era todo lo que hacía. El leñador no podía evitar moverse hacia adelante para meter su hombría más adentro de esa boca tan deliciosa que lo envolvía. Entretanto se escuchaba el chapoteo que causaban ambos, el sonido que llenaba la habitación slup! slup! cada vez más fuerte, era fantástico. Caperucita anhelaba poder sentir de nuevo un pene dentro de ella como lo había hecho con el lobo, por eso le urgía las ganas de terminar de chuparlo para pedirle amablemente que se lo meta. En cierto momento el leñador se puso duro como una piedra y con su respiración entrecortada chilló
¡Toma! ¡¡siente el jugo de mi amor!!
Caperucita no entendió lo que estaba pasando, entonces miro extrañada al leñador cuando de pronto el pene que no había dejado de frotar lanzó un chorro de semen directo a su cara, sorprendiéndola. Luego vino otro y otro más, que ensuciaron su ropa y su lacio pelo. Entonces el leñador más tranquilo y relajado le dijo
¿Viste que calentita que sale?
Si señor leñador, estaba muy calentita, míreme, estoy llena de leche...
Caperucita tomó su capa y se la quitó para limpiarse al menos la cara, ya que se sentía molesta con todo eso chorreando allí. De pronto el leñador la levantó con sus musculosos brazos para pararla, luego comenzó a besarle el cuello pasándole la lengua hasta llegar a su oreja. Caperucita se derretía de gusto con eso, que le besen la oreja era algo que le gustaba muchísimo. El leñador por otro lado comenzó a tocarle las tetas por sobre la ropa con mucho descaro, entonces Caperucita se apartó de él y le dijo
Espere señor leñador, déjeme quitarme la ropa para que usted pueda acariciarme mejor.
Esta bien niña, pero apúrate antes de que despierte tu abuelita.
Claro que sí.
Con algo de esfuerzo pero con muchas ganas Caperucita se quitó el corsé que llevaba y luego su remera blanca que estaba todavía manchada en la parte de adelante. El leñador vio el cuerpo de esa hermosa e impulsiva niña, entonces con toda sinceridad le dijo
Que buenas tetas tienes Caperucita.
¿Usted cree señor leñador, quiere tocarlas?, preguntó Caperucita pícaramente.
Por supuesto que sí.
El leñador entonces tomó con sus grandes manos los jóvenes senos y chupó los pezones que sobresalían duros y parados. Caperucita cerró los ojos y se dejó hacer mientras que suspiraba para liberar el encanto en el que estaba atrapada.
Ah aah mmmmmmm si señor leñador, siga por favor ahhhh
Repentinamente Caperucita sintió que algo le estaba rozando la entrepierna como si tuviese vida propia, entonces miró hacia abajo y vio el pene del leñador que luchaba con la prenda interior para poder conocer a su panocha. Caperucita muy segura de lo que quería sintió que había perdido la tolerancia y comenzó a ilusionarse con ese gran mástil.
Métamela por favor señor leñador que lo necesito... suplicó.
El forzudo hombre no se hizo esperar y con su mano empezó a tocar la entrepierna de Caperucita, sintiendo la humedad de su sexo, haciendo un trabajo delicado. Mientras la frotaba escuchaba la música de los gemidos de la muchacha, ciertamente el momento estaba por llegar. El leñador debía esperar hasta que ella se moje bien, para que su pene no le haga daño alguno (considerado de su parte). En cambio Caperucita no veía la hora en que deje de tocarla para que de una vez por todas le hunda su orgullo sin escrúpulos. Repentinamente él la animó diciendo
Así mi amor, déjame bajarte la bombachita que linda cosita que tienes allí.
Vamos señor leñador, no juegue más conmigo y hágame feliz de una vez.
Prepárate entonces Caperucita, porque allá voy.
Oh sí, métamelo, métamelo todo adentro.
El leñador abrió las piernas de la chiquilla y dejó que ella lo enterrara. Caperucita lo fue metiendo de a poco hasta que se le acabó la paciencia como un niño que abre un regalo, entonces se lo clavó de una hasta el fondo. Ambos gimieron de placer y algo de dolor, pero no importaba porque el placer era mayor.
Uy señor leñador, que bien me hace sentir con eso suyo... ¡aaahhhh...! digame ¿le gusta como me muevo...?, preguntaba Caperucita al dichoso leñador.
Si Caperucita, te mueves muy bien, estás muy apretada.
Que bueno que se sienta así señor leñador ¡aaahhh! ¡qué placer!
Él observó a Caperucita y al ver su cara de glotona junto a sus colitas de caballo sintió que no podía contener más la eyaculación, vaya eyaculación.
Perdón Caperucita... ¡no puedo aguantar más tiempo!
Caperucita no quería responder, pero también estaba a punto de acabar gracias al gran miembro que estaba llenándola por completo. Entonces su firme cuerpo se puso totalmente tieso y sintió como se desmayaba mientras que venía el orgasmo, junto con el del manso leñador
¡Toma, toma! ¡toma mi leche! ¡¡tomala bien adentro tuyo!!, exclamó el hombre de campo.
¡Oooh! siento como me llena de crema caliente!! ¡aahh! ¡que cantidad de leche me está echando señor leñador! ¡¡¡aaaah!!! ¡¡¡me estoy vaciando, me vacío!!! ¡mmmm, aaahhhh! ¡¡que puta soy!!
A estas alturas Caperucita lloraba del placer que estaba sintiendo, mientras que el leñador seguía bombeándola con todas las fuerzas posibles. La chiquilla enseguida después del orgasmo aflojó su cuerpo y se quedó quieta tratando de recuperar fuerzas. Entonces más lúcida se dio cuenta que su abuela seguía allí a su lado y podía despertar en cualquier momento. Con algo de miedo a ser descubierta le dijo al leñador
Señor señor, apúrese que mi abuela no tarda en despertar, no creo que nos quiera encontrar así.
Tienes razón.
El leñador se levantó apurado, totalmente satisfecho por el trato de Caperucita.
Tengo que darle las gracias de nuevo por los gestos que a tenido hacia mí señor leñador, en verdad me sentí muy a gusto, habló Caperucita.
No Caperucita, eres tú quien me ha hecho sentir muy a gusto, te lo devuelvo, respondió el leñador.
Tomó sus ropas, su hacha y se marchó contento de la casa no sin antes despedirse. Luego de unos minutos la abuela despertó y se encontró con su dulce nieta a su lado (quien ya se había vestido nuevamente)
¿Qué pasó Caperucita?, preguntó perdida.
Tuvimos suerte abuelita, un leñador muy bueno pasó por aquí y mató a lobo antes de que terminara de masticarnos.
Dime Caperucita, ese leñador ¿todavía está aquí?, quiero darle las gracias por tan grande favor.
Oh no, ya se marchó abuela. Pero no te preocupes, que yo le di las gracias por ambas... dijo con doble sentido, sabiendo que la abuela no debía enterarse lo que había sucedido allí. Miren si se lo contaba a su madre, ¡en que líos la metería!.




╬╬╬hechizada73 ╬╬╬


chupameloriico 60M
4 posts
4/15/2015 1:31 pm

te quello mucho y mi foto? cuando?
>>! {=} *Y*


chupameloriico 60M
4 posts
4/11/2015 3:32 pm

hola insisto eres mi caperucita.....>>!


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/17/2013 6:14 pm

Hola Hechizada esta es la ultima entrega del Cap. V de cuento de Caperucita, espero te haya gustado.

En tanto Caperucita veía como entraba y salía esa curveada y gruesa verga del coño de su abuela, se había sentado de lado, en las piernas del lobo, acariciándole la tranca mientras este, le metía los dedos en sus labios vaginales y lengüeteaba con rapidez los pezones erectos. Al fin, ante esa vista, ya muy excitada dijo Caperucita –señor lobito, si mal no recuerdo estábamos cogiendo muy rico antes de ser interrumpidos ¿Qué le parece si continuamos con lo nuestro? Y uniendo la palabra a la acción Caperucita se sentó en la silla, abrió ampliamente las piernas y el lobo presuroso procedió a meter su poderosa verga de un solo envite emitiendo ambos un largos suspiro –Aaaaaaaaaahh que delicia. Así pasó un largo rato en donde todos los amantes buscaban su satisfacción y entre suspiros y jadeos solo se escuchaba –Así, métela más fuerte, cógeme rico papito, que rico me la metes, más hondo, no dejes de moverte, dame más verga, ooooohh me llenas por completo, que rica estas chiquita, es una delicia metértela y sentir como me aprietas con tu trepidante canal vaginal uuuuuuyy que rico-. Por fin el cazador exclamó -¡¡me vengo!! ooooohh que rico me ordeñas, toma toda mi leche- expulsando tres largos chorros de tibia leche en la vagina de la mujer, que la llenaron por completo y empezaron a escurrir entre sus nalgas, empapando su ano, a lo que la abuela respondía –siiiiii que caliente y rica está, échamela muy adentro- mientras le acompañaba con su orgasmo y con la emisión de sus jugos. Ya repuestos el cazador y la abuela pudieron ver como Caperucita se estremecía y gritaba –me estoy cooooorriendo lobito no dejes de moverte que me estoy viniendo, aaaaaaaaahh- y segundos después el lobo aulló –Aaaaauuuuuuuu me vengo, aaaaaaauuuuuuuu sígueme apretando con tu coñito, aaaaaaauuuuuuuuuu que sabroso.
Ya repuestos del placer fornicario, todos los participantes descansaron y después de algunos minutos la abuela comentó: -querida nietecita, debes probar la deliciosa tranca del señor cazador, es magnífica, esa curvatura le da un roce diferente y muy placentero- a lo que la chica respondió -¿de verdad abuela? Señor cazador ¿me permite darle una mamada a su verga como plátano? –Inquirió- por supuesto que si chiquilla –respondió- y de inmediato la tomó entre sus labios y empezó a mamarla con gran fruición bajo la mirada placentera del cazador. De pronto él dijo: –espera un momento, detente- a lo que con ojos de sorpresa Caperucita preguntó ¿Qué pasa? ¿No lo hago bien? No, no es eso –repuso el cazador- lo que pasa es que en tu casa está preocupada tu mamá por tu tardanza, por no tener noticias tuyas y me pidió que te buscara, así que debo regresar a informarle que te encontré y que estas bien. -Es verdad, lo había olvidado, -dijo la chica- Si, tu mamá debe estar inquieta –comentó la abuela. Así es que si me lo permiten me iré pero, regresare más tarde pues ya quiero meterte mi trozo de carne en esa rica y húmeda hendidura que posees y sacar todo lo que tengas –dijo el cazador a lo que Caperucita respondió- sí, vaya a toda prisa para que no tarde en volver, pues también deseo sentir su gran mazo, bien apretado entre mis piernas para exprimirle toda su lechita y mientras tanto prepararemos algo de cenar para todos y arreglaremos la cama para tener una larga y confortable noche de sexo, pasión y lujuria. Y así, el cazador partió llevando en la mente, encontrar la mejor forma de disfrutar de ambas mujeres.

FIN


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/16/2013 12:23 pm

Quedo pensativo el cazador, analizando lo que la abuela le había dicho y tratando de entender los sucesos, hasta que al cabo de algunos minutos dijo -Creo comprender la situación y los motivos que las indujo a las dos a hacer lo que han hecho, pero no logro entender por qué lo hacen con un lobo, un ser despreciable y sucio, habiendo tantos hombres que podrían darles el placer que tanto quieren, no lo entiendo. Tomando la palabra Caperucita expresó –pues a decir verdad el lobo es un muy buen amante, es gentil y cariñoso y además posee una gruesa y larga verga que nos hace enloquecer cuando la tenemos bien metida hasta el fondo de nuestros coñitos ¿no es así abuelita?- Así es mi querida nieta, tienes toda la razón, además en mis muchos más años que los tuyos querida nieta, he tenido muchas más vergas atrapadas en mi canal vaginal y ninguna ha resultado como la del señor lobito, véala usted- y llevando su mano al pene del lobo lo saco poniéndolo a la vista del cazador. Este mirándolo dijo -pues se ve bien pero no creo que se pueda comparar con la que yo poseo- Nieta y abuela se miraron incrédulas y preguntaron ¿de verdad usted tiene una verga ya no mejor sino igual de larga y gruesa que la del señor lobito? Ya lo creo que si –respondió el cazador. Uniendo las palabras a los hechos se levantó, se abrió los pantalones y coloco sobre la mesa su gran instrumento el cual después de lo dicho por la abuela ya estaba muy erecto por la excitación. La verga del cazador era larga y gruesa como la de lobo pero de color más claro ya que la del lobo era obscura, poseía una gran cabeza rosada, casi roja y además tenía una particular característica, se curvaba hacia arriba tomando la forma de un plátano. Los participantes de esa reunión habían tomado asiento a cada lado de la mesa quedando el cazador frente a lobo y Caperucita frente a su abuelita. Al ver Caperucita la formidable arma del cazador no pudo evitar exclamar ¡¡vaya nunca había visto una verga con esa forma!! No así la abuela que dijo –¡¡no puede ser!! La tiene igual que la de mi difunto esposo mmmmm se ve deliciosa –apunto- y estirando la mano la tomó para examinarla más cuidadosamente e invitando a su nieta agregó –vamos Caperucita tócala para que sientas su tamaño, dureza, forma y calor- a lo que la chica obedeció sin chistar. El lobo, un poco celoso solo las miraba. El cazador entonces dijo –si les apetece además de verla y tocarla la pueden sentir también – ¿de verdad podemos?- dijeron al unísono Caperucita y la abuela. Pero, al ver el rostro del lobo que se encontraba molesto, preguntaron ¿Qué te pasa lobito? Pronto cayeron en cuenta que el lobo estaba molesto por como admiraban la verga del cazador, pensando que tal vez lo echarían de la casa y se perdería el poder seguir cogiendo con ambas mujeres, pero la abuela al fin con más experiencia le dijo -no te enojes lobito solo la estamos mirando y como dije es igual a la de mi esposo- y continuo –además el cazador nos ha invitado a sentirla y eso me ha dado una idea- el lobo callado espero. ¿Qué te parece –dijo la abuela- si nos unimos los cuatro en una buena y placentera sesión de sexo? ¿Por qué debería aceptar eso? –Repuso el lobo- ¿acaso mi ariete no las satisface a las dos? - Ya lo creo que sí señor lobito –dijo la abuela- pero como verás nosotras somos muy calientes y nos encanta comer verga, así que con los dos tendríamos una para cada una, además mi nieta nunca ha sentido una tranca como esa; yo recordaría como era el coger con mi difunto esposo y para terminar tú no te cansarías tanto de darnos por el coño a las dos. Si –dijo Caperucita apoyando sus palabras- sí, mi abuelita tiene razón nosotras tendríamos un poco más de verga y tú no te cansaría mucho, vamos di que sí aceptas. El lobo quedó pensativo por unos instantes, pero, al ver los ojos suplicantes de las mujeres terminó al fin aceptando, alegrándolas y alborozadas aplaudieron. La abuela, rápidamente se despojó de todas sus ropas y desnuda ayudó al cazador a quitarse las suyas, se subió a la mesa y acostada, invitó al cazador con las piernas muy abiertas a que se la metiera –vamos señor cazador no pierda tiempo y métame su rica verga en mi amoroso recinto pues quiero sentirla muy adentro- El cazador, subió a la mesa y se colocó en posición, mientras le acariciaba los enormes senos, tomándolos por completo entre sus manos los junto lo más que pudo, para introducir ambos pezones a un tiempo en su boca y mamarlos con ansia, en tanto ella tomó dura la verga del cazador y frotándola con ansia en su húmeda raja la mojó completa en sus jugos, incluyendo los grandes y peludos huevos y la puso en su entrada. De un solo empujón se la clavó completa y dando un profundo suspiro la abuela dijo –Oooooooohh, que rico me llego hasta el alma- y empezó a moverse para sentirla por todos los rincones, levantando la cadera y moviéndola en círculos. El cazador empezó con un rítmico movimiento, metiéndosela toda y al sacarla solo dejaba dentro la cabeza en tanto la abuela se contoneaba para salir a su encuentro, con su cuerpo apachurraba los senos besándole el cuello y la boca mientras sus manos se aferraban a sus redondas nalgas.


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/15/2013 3:39 pm

Como conocía muy bien el bosque y todas sus veredas y en poco tiempo avisto la casa de la abuela. Sin prisa se acercó a la cabaña, reinaba una gran tranquilidad y paz, nada indicaba que estuviera pasando algo malo. Se acercó a la casa y atisbo por una ventana el interior, no notó nada anormal, todo estaba en su lugar pero le pareció escuchar unos jadeos y quejidos por lo que cambiándose de lugar miró nuevamente dentro, apoyando una mano sobre el cristal. Vio la espalda del lobo que se agitaba y movía intensamente frente a una silla. A los costados del lobo se veían un par de piernas muy abiertas y a los lados de la silla colgaban unos blancos brazos. Por unos momentos trato de adivinar que hacia el lobo pero lo asaltó un pensamiento funesto, pensó que había matado a Caperucita y la estaba devorando. Rápidamente corrió a la puerta con la escopeta lista a disparar y con un gran golpe la abrió y grito ¡¡¡Detente lobo, aléjate o disparo!!! Ambos amantes voltearon sorprendidos separándose. Con los ojos muy abiertos por la sorpresa el cazador de inmediato se dio cuenta de la situación. Yacía Caperucita sentada en una silla, con las piernas bien abiertas, con la ropa puesta, tenía expuestos el coño y los senos con los pezones muy erguidos. El lobo al levantarse quedó frente al cazador y éste pudo ver que su verga estaba completamente erecta y escurriendo por la lubricación. Recuperado de la primera impresión, Juan el cazador preguntó ¿Qué pasa aquí? ¿Cómo te atreviste a ultrajar a esta niña? Por ese hecho vas a morir. Caperucita levantándose y dando un grito se interpuso ¡¡¡No, deténgase usted, no lo haga!!! Mientras metía sus senos en su vestido. Apártate niña, deja que lo mate –dijo el cazador. Ante tal alboroto entro la abuelita y viendo a los presentes pregunto ¿Qué pasa? ¿Por qué el escandalo? El cazador informó lleno de ira –encontré a este lobo sobre Caperucita, estaba abusando de ella y por eso voy a matarlo. La abuela con una sonrisa y ante el asombro del cazador comentó –No, deténgase usted, el lobo es nuestro amigo, baje su arma, no estaba abusando, venga sentémonos que yo le explicaré. Ya calmados los ánimos y sentados a la mesa la abuela comenzó. - Verá usted Don Juan mi nieta vino a visitarme y nos sorprendió al lobo y a mi jodiendo en mi cama, yo la invite a unírsenos y así hemos pasado dos días entregados a un intenso placer fornicario. Después ella me dijo que había conocido antes al lobo por el camino y que habían cogido en diferentes lugares y posiciones. Desde entonces nos hemos prodigado intensamente, dándonos mucho placer, las dos hemos sentido la gorda y larga verga del señor lobito en nuestros cuerpos y recibido su abundante lechita, en ocasiones cogemos solo el señor lobito y yo, en otras los hacemos los tres juntos o solo con mi nieta como fue en esta ocasión, pues salí por una manzanas para hacer un pastel, él ha gozado de nuestros orgasmos y disfrutado de nuestros jugos en su gran verga y lengua. Por todo esto –concluyó la abuela- le pedimos, mi nieta y yo, que no mate al lobo , pues, es nuestro amigo y lo queremos, es un formidable amante y nos ha proporcionado unos orgasmos y placeres muy intensos así como él ha gozado con nuestros cuerpos.


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/12/2013 9:03 pm

Hola Hechizada73 este es el ultimo capitulo de mi versión de Caperucita, espero te guste.

CAPITULO V
Mientras tanto, en la casa de Caperucita, su madre se mostraba preocupada. Acababa de tener un placentero encuentro sexual con un guapo y fornido leñador. Este, había llegado por la mañana a entregar la leña para la estufa y entrando, como siempre, por la puerta de atrás la había sorprendido desnuda con solo una bata y preparándose para tomar un baño. Pedro, como se llamaba en leñador, dejó caer el atado y sin mediar palabra, se acercó a la mamá de Caperucita, tomándola por la cintura, unió sus labios, dándole intensos y apasionados besos mientras sus manos se perdían, acariciando sus redondas nalgas y estrujando sus grandes senos, quedando la bata en un montón a sus pies. Mientras el la acariciaba, ella de inmediato procedió a despojarlo de sus ropas, ya desnudos se dirigieron al baño y ahí bajo el tibio chorro del agua, el leñador comenzó a mamar sus ricos senos, chupándolos con cuidado, mientras deslizaba su mano ansiosa en la entrepierna de ella quien, de inmediato procedió a abrir sus piernas de manera que la mano de él encontrara su almejita y la acariciara completa, no sin antes dar pequeñas y cariñosas palmadas en sus carnosos labios vaginales. Después de un rato, el leñador tomó a su amante por la cintura y la colocó de espaldas a él, dejando al descubierto el magnífico par de nalgas que siempre le habían encantado, las abrió y colocó su pesada y gorda verga, aunque no muy larga, rozándose gustoso contra el culo de su amante, mientras estrujaba los senos y mordía con cuidado la base del cuello, logrando que gimiera como hembra en celo. Ella levantando bien su culo buscando que el roce fuera más intenso, hasta que con voz entrecortada dijo – Cógeme papito, métemela ya, que quiero tu verga en mi- , el leñador tomándola por el largo y húmedo cabello hizo que se inclinara, mientras ella apoyaba sus manos contra la pared del baño y abría sus piernas para recibir el primer embiste de su cogedor, - uggggggg… - gimió al sentir como el grosor de su ariete abría y estiraba los pliegues de su vagina, y empezó un lento movimiento que le permitía gozar tan magnifica invasión, disfrutando en su intimidad el poderoso ataque la gorda y trepidante verga del leñador, hasta que ambos quedaron satisfechos con la emisión de sus fluidos, que se diluyeron en la tibia agua .
Ya repuestos, la mamá de la joven dijo –Pedro, estoy muy preocupada por mi hija, hace dos días que fue a la casa de su abuelita y no ha regresado y más aún, no tengo noticias de ella. Le hablaba con mucha familiaridad y confianza, pues se conocían muy bien y ya en el pasado habían tenidos tórridos y apasionados encuentros sexuales. Pedro, el leñador, vio en el hermoso rostro de la mujer la gran preocupación e inquietud que sufría por la larga ausencia de su hija. Tomándola por los hombros, deposito un tierno beso en su frente y tratando de calmarla comentó –No te preocupes, seguramente esta con su abuelita y no le ha pasado nada, ya ves que tienen algún tiempo de no verse y tendrán mucho de qué hablar. Para mayor tranquilidad tuya, iré a ver a Juan el cazador y le pediré que la busque en el bosque, que vaya a la casa de la abuela y se asegure que está ahí y bien. Al escuchar esto el rostro de la mujer se iluminó y dijo –Gracias Pedrito, gracias por ayudarme- y dándole un beso en la mejilla lo acompañó a la puerta.
Minutos después Pedro llegó a la casa del Juan el cazador que se disponía a salir y dijo –Buenos días Don Juan. Buenos días Don Pedro- respondió- ¿Qué le trae por esta su casa? Pues vera Don Juan, hace dos días que la niña de la caperuza roja salió a ver a su abuelita y es la hora que no regresa. Su mamá está muy preocupada por su tardanza, por lo que le pido por favor busque a la niña en el bosque y vaya a la casa de la abuela para ver si está ahí y se encuentra bien. Juan lo escucho atentamente y respondió –lo hare con gusto, pues es una linda e inocente niña, iré primero a la casa de la abuela y si no está ahí la buscaré en el bosque, además voy por ese rumbo pues se encuentran muy buenas piezas para cazar. Gracias Juan mucho se lo agradeceremos la mamá de la niña y yo, gracias. Juan el cazador se dispuso a salir y tomando su mochila y su escopeta se fue al bosque.


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/11/2013 4:41 pm

A la mañana siguiente, el lobo fue el primero en despertar, pero al verlas profundamente dormidas se quedó inmóvil para no interrumpir su sueño. Minutos después despertó la abuelita y estirando su escultural cuerpo dijo –Aaauuummmmmm buenos días señor lobo ¿Descansó bien?- Buenos días, si muy bien gracias –respondió. Mirando a la chica comentó – aún duerme mi nietecita, pobrecita en verdad se fatigó - Si, así parece respondió el lobo. La abuela aparto las mantas y se levantó pero el lobo, al ver su cuerpo desnudo la deseo nuevamente y tomándola suavemente por la cintura la obligo a volver al lecho, procurando que la cabeza de ella quedara para sus pies. La abuela sorprendida se acostó y espero para saber que intentaba el lobo quien, solicito le separó las piernas y empezó a recorrer con su tibia, áspera y ágil lengua su deliciosa cuevita lengüeteando aceleradamente e introduciéndosela profundamente. Lamia completa su rica puchita, recogiendo cada gotita de su lubricación y tragándola con deleite, separando los labios ya hinchados y enrojecidos, llegando hasta su ano, el cual también hurgo lamio con fruición. Ella suspiró al sentir la caricia –Oooooooohh que rico- y para corresponder tomó la verga y empezó a lamerla y mamarla con gran placer, no olvidando chupar con cuidado los grandes y pesados huevos y acariciando, con la punta de su lengua el enrojecido glande y el orificio seminal, que le regaló las primeras gotitas de deliciosas de leche. El lobo, aprovechando la humedad de la conchita empezó a masajear su rico culito, mientras mamaba el clítoris, logrando introducir el dedo medio en él, mientras acomodaba el pulgar en su vagina, bombeando deliciosamente los dos orificios al mismo tiempo, haciendo que ella se retorciera de pasión exclamando –que rico te siento lobito mmmm sigue así. Permanecieron por algunos minutos realizando un magnifico 69, hasta que la abuela, en medio de estremecimientos e intensos suspiros, anunció su orgasmo derramándose en la boca del lobo –aaaaahh que delicia- quien ni tardo ni perezoso se apresuró a beber completamente la tibia miel de su sexo.
Vaya lo que son las cosas, mientras ellos realizaban un placentero 69, no se dieron cuenta que Caperucita había despertado y los miraba sonriente, como ambos se mamaban intensamente los sexos, lo que le ocasionó una gran humedad en su canal vaginal. Buenos días –dijeron al unísono al verla- Buenos días -respondió la chica. Levantándose la abuelita desnuda se dirigió a la cocina diciendo –esperen ahí voy a preparar el desayuno. Ambos permanecieron en la cama y Caperucita, viendo esa tremenda erección y esbozando una sonrisa dijo –señor lobito parece que su instrumento aun quiere acción. Así parece –asintió el- ¿me permites que pueda yo descargar la lechita que aún me queda en tu suave conchita? - Por supuesto señor lobito, después de ver ese rico 69, ya lo tengo listo y muy húmedo para recibir su lechita. Levantándose, el lobo se colocó sobre la chica, le levanto las piernas y se las puso sobre los hombros procediendo a frotar la cabeza de su miembro sobre los labios vaginales para abrirlos y suavemente y se la metió hasta el fondo de un solo empujón. Mmmmm que rico –murmuró la joven- mientras él, le acariciaba los senos y tiraba de los pezones, iniciando un lento pero vigoroso movimiento de meter y sacar su gran verga del interior de su vagina –sienteme Caperucita mmmmmm así como yo te siento húmeda y muy calientita, deliciosa- dijo el lobo. Si te siento muy duro y grande ooooooohh creo que llegaras a mi graganta. Así permanecieron algunos minutos moviéndose intensamente, hasta que al fin, el lobo aullando de placer explotó en su interior inundándola de tibia leche –aaaahh me estoy viniendo- estremeciéndose y sin dejar de moverse y poco después ella llegaba al orgasmo emitiendo unos intensos y profundos suspiros –uuuuuuuyy que bonito me la metiste y como me llenas aaaaahh, dame un poco más. Sonriente desde la cocina la abuela, de cuando en cuando los miraba, mientras preparaba el desayuno y exclamando dijo ¡¡¡Muy bien chicos, muy bien, así se hace!!!
Así transcurrieron dos días desde la llegada de Caperucita, dos días llenos de placer y lujuria desenfrenada, dos días en donde intentaron y realizaron las más variadas formas del sexo, dos días en donde los pensamientos de todos eran únicamente de dar y recibir el máximo placer sexual.


feocoyotecojo4 68M
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7/10/2013 1:59 pm

Permanecieron un rato en la cama fuertemente abrazados hasta que al fin la abuelita dijo –Bueno venimos a tomar el té así que hagámoslo- Los tres se levantaron y así desnudos la abuelita preparo y sirvió el té, Caperucita ofreció las galletitas que había preparado y el lobo se dispuso a compartir con ellas una amena charla. Era una escena bastante sui generis, todos desnudos, charlando animadamente y tomando el té. De cuando en cuando el lobo acariciaba una mano, o metía un dedo en algún coño o tocaba un seno o las nalgas, así como ellas correspondían con un beso, una caricia o con un suave apretón en la verga o tetillas.
Así llego la noche y se dispusieron a ir a la cama para continuar con sus escarceos sexuales en donde el lobo coloco las piernas de la abuela sobre sus hombros y procedió a joderla con fuerza, mientras Caperucita, olvidando el pudor y entregada a sus más básicos instintos gozaba montada en la cara de su abuela recibiendo su ágil lengua en su turgente clítoris. El lobo la acompañaba, agarrado de los senos de la abuelita y le prodigaba a Caperucita húmedos besos y mamadas, lamiendo con fuerza y rapidez sus pezones. Así confundiéndose los cantos de los grillos con el chasquido de las mamadas y besos, el gemir y suspirar apasionados y con el choque de los sexos llegaron a intensísimos orgasmos hasta quedar completamente satisfechos. La abuela quedo sin fuerzas, agotada por tanto placer no así Caperucita y el lobo que al verla acostada y rendida intercambiaron una mirada de complicidad. Caperucita se levantó colocándose sobre sus rodillas entre las piernas de su abuelita y suavemente empezó a recorrer sus labios vaginales, aspirando ese olor característico de la mezcla de los jugos con el semen –mmmmmm que rico- dijo. Jugueteo con el clítoris y logro que se empezara a levantar a base de lamidas y pequeños apretones y chupadas con los labios. La abuela levantado la cabeza comento -¿Qué haces mi pequeña?- respondiendo la chica –pues mamo y acaricio tu puchita para que descanses bien limpia. La abuela dejando caer la cabeza suspiro –que bien lo haces ooooooohh, continua así y mete tu lengua en mi canal para que quede listo para recibir una buena verga- mientras se estremecía y abriendo ampliamente las piernas salía al encuentro de esa lengua vibrante –no te detengas uuuuuuyyy así más fuerte, más hondo siiiiii. Mientras el lobo veía la escena acariciaba su desmayada tranca hasta que despues de algunos minutos volvió a tenerla muy dura y lista para perforar en coño más cercano. Viendo que Caperucita tenía las nalgas bien paradas se le acerco y después de pasar su lengua desde el clítoris hasta en ano hiso que la niña gimiera –uuuuuuuuuff que rico lobito un poco más por favor mmmmm- moviendo las caderas y continuando mamando a su abuelita. El lobo al sentir la intensa humedad de la chica ya no espero más y tomándola de las caderas procedió a introducirle toda su vergota hasta el fondo empezando a bombearla frenéticamente y cuyas embestidas retumbaban en las mamadas de Caperucita le daba a la abuela. Así lobito así más fuerte más rápido más hondo oooooohh que rico te siento en mi interior duro y muy caliente –dijo la chica- mientras la abuela en medio del éxtasis solo podía decir –esto es el paraíso aaaaaaaahh- y comenzó su orgasmo, mientras el lobo y Caperucita después de unas frenéticas estocadas empezaron a exclamar –lobito ya siento que me llega siiiiiiii, no te detengas, así oooooooohh me vengo- y arqueando su cuerpo emitió su rico néctar en la tranca del lobo, mientras este aullaba de placer –aaaaaauuuuuu se me sale, se me sale, aaaaauuuuuuuuu me vengo- arrojando su espesa leche en el canal que amorosamente le había dado abrigo y ahítos de placer se derrumbaron uno sobre otro quedando profundamente dormido
s.


feocoyotecojo4 68M
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7/10/2013 12:01 am

Ahora este señor lobo me dijo que lo habías invitado a tomar el té aquí y durante la charla le comenté de mis necesidades –y tomando en su mano el miembro del lobo agregó- y cuando me mostró esto, no pude resistir el deseo de probarlo, de tenerlo muy dentro de mí y si, lo hicimos, cogimos como desesperados. Además, debo agregar que el señor lobo es muy cortés, aguantador y tiene una verga gruesa y muy larga, es un excelente amante que me hizo vibrar –dándole un beso en la punta. El lobo guardó silencio y guiñó un ojo a la abuelita. Ahora ya lo sabes, he vuelto a sentir lo que es tener algo delicioso entrando y saliendo de mi cuerpo mmmmm rico, que hace que me olvide del mundo y solo me concentre en disfrutarlo. Todos quedaron silencio, Caperucita no sabía que decir, el lobo aguardaba y la abuelita esperaba alguna reacción de su nieta quien, al cabo de algunos momentos dijo –vamos querida nieta no te angusties yo estoy feliz pues he vuelto a ser un mujer completa, ven únete a nosotros para que sientas lo que yo he sentido, claro si a usted señor lobo no le molesta. Por supuesto que no –respondió el lobo. La joven dudó unos momentos, pero al fin viendo que la verga del lobo empezaba a despertar con una erección, aceptó y empezó a quitarse su ropa. - ¡¡Bravo!! Hijita, ¡¡bravo!! Ven aquí y disponte a sentir lo que es una buena cogida –dijo la abuela- La niña subió a la cama a lado del lobo que quedó en medio de las dos mujeres, las que de inmediato, tomaron en sus manos su gran tranca, acariciándola completa, prodigándole apasionados besos y mamadas, mientras éste dejaba vagar sus manos por los cuerpos desnudos de ambas, acarició las nalgas hasta llegar al ano, estrujó los senos lamiéndolos, apretó los pezones mordisqueándolos y mamándolos con intensidad y hurgó sus coños, metiendo los dedos lo más profundo que pudo y masajeo los endurecidos clítoris hasta hacerlas estremecer y gemir. Durante gran rato se prodigaron caricias, besos, lamidas e intensas mamadas sin dejar una sola parte de sus cuerpos sin caricias. Rompiendo el silencio Caperucita dijo –ya señor lobito déjeme sentir eso que dice mi abuela, métame todo esto, que mi coñito llora por tenerlo dentro - Si –completó la abuela- déselo. El lobo acostado tomó a la chica montándola sobre su gran erección y mientras ella, agarrándola con una mano la dirigió hacia su entrada que ya escurría, dejándose caer con fuerza y emitiendo un gran suspiro mientras se deslizaba en su interior –Aaaaaaaaaahhh que delicia- hasta quedar bien empalada. Empezó un lento sube y baja sintiendo como resbalaba en su interior. A un tiempo, el lobo pidió a la abuelita que se montara en su cara para poder darle una buena mamada en el coño a lo que presurosa accedió, sintiendo la deliciosa lengua del lobo recorrerla de arriba abajo, chupando su clítoris y penetrándola profundamente, lamiendo y saboreando la humedad de su panocha y tragándola con deleite. Y así teniendo a una ensartada en su verga moviéndose con gran deleite de arriba a abajo y la otra montada en su cara mamándola mientras con sus manos estrujaba los bamboleantes senos, ya de una ya de la otra, el lobo provoco unos intensos y largos orgasmos en ellas, derramando sus jugos y recibiendo Caperucita chorros de ardiente leche en su almejita –que delicia; mmmmm que rico; quiero un poco más- dijeron al unísono.


hechizada73 51F  
1595 posts
7/8/2013 6:51 pm

...Gracias por sus visitas y comentarios...Muacksss...

╬╬╬hechizada73 ╬╬╬


feocoyotecojo4 68M
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7/8/2013 5:43 pm

CAPITULO IV
Los amantes, no atinaron a decir nada mirándose el uno al otro. Al fin, la abuelita, recobrando el aplomo dijo –Hola Caperucita no te oímos llegar ¿cómo estás? ¿Tienes mucho tiempo aquí? Bien abuelita –respondió- ya veo por qué no notaste mi llegada. Jamás pensé encontrarte así, cogiendo tan intensamente que no te percataste mi presencia, no te entiendo ¿Por qué? ¿Cómo pasó?
Pues verás hijita –respondió- yo siempre he sido una mujer de gran apetito sexual. Desde el tiempo que me casé con tu abuelo en todo lugar y momento teníamos sexo. Cuando arreglaba la cama me tiraba sobre ella y cogíamos delicioso, en la sala después del trabajo se la mamaba y cogíamos, empezábamos en el sillón con tu abuelo sobre de mí y terminábamos en el suelo yo montada en él, en el huerto bajo el sol me la metía recargada en un árbol, cuando lavaba los trastos me levantaba la falda, bajaba mi panti y después de una corta lamida en mi sexo me inclinaba para que pudiera meterme su sabrosa verga y yo sostenida del borde sentía el ímpetu de su mete y saca muy rico en donde no nos tacábamos y solo nuestros sexos se mantenían unidos y friccionados provocándome placenteros orgasmos -mmmmmm deliciosos. No hay aquí un solo lugar en donde tu abuelo no me haya hecho sentir su amorosa verga dentro de mi coño y por esa razón soy así. La abuela empezó a recordar momentos deliciosos al lado de su hombre, como la calurosa mañana de primavera en la que se llegó hasta el río para lavar la ropa, eligió una buena piedra, se inclinó sobre ella y ausente de cualquier otra cosa comenzó a tallar. Ese día el esposo regresó temprano de su jornada, y alcanzó a verla inclinada sobre el río, sus senos se bamboleaban libres rozando apenas la fresca agua, lo que hizo que sus pezones se eyectaran, era fácil distinguir lo grandes y retadores que eran. Pequeños hilos de sudor se escurrían desde el cuello de su esposa hasta perderse en la hendidura de sus turgentes pechos y él, sintiendo el cosquilleo de la pasión creciendo bajo su vientre no pudo resistir la tentación. Se acercó despacio, por detrás de ella y abriendo sus pantalones, sacó su firme verga mientras se ponía sobre sus rodillas, sin dar aviso, colocó con firmeza su mano derecha sobre la espalda de ella, lo que impidió que se incorporara, mientras con las izquierda levantó su falda notando la carencia de pantaletas, lo que lo enardeció a un más. Ella sin reponerse de la sorpresa volvió la cabeza y reconoció a su amado, por lo que se mantuvo quieta en la misma posición. Sin esfuerzo, el hombre apuntó su arma a la conchita de su fogosa mujer, pero notó que aún no estaba lista para recibirlo, por lo que inclinándose empezó a lengüetear despacio el sexo cerrado de su esposa, hundiendo su lengua en el canal vaginal y recorriendo de arriba abajo su deliciosa panocha, ella sintió un escalofrío correr por su espalda y soltó un suspiro grave y ahogado – ummmhhhh amor, que rico me la mamas, talla con más fuerza tu lengua chiquito, tu sabes cómo me gusta. Así lo hizo por un buen rato, hasta que sintiendo como la cabeza de su verga se humedecía por las primeras gotas de miel, no pudo esperar más e irguiéndose, introdujo la punta de su verga al coñito que tanto amaba y disfrutaba dejándosela ir sin mayor preámbulo de un solo golpe, mientras se aferraba desesperado a sus caderas y las jalaba. La abuela enloquecida, empezó a mover su cuerpo acompasadamente de atrás para adelante, sintiendo como la verga estiraba y abría sus pliegues, el roce era intenso, las ganas aún más, así que por mero instinto, se dedicaron a tallar sus sexos con fuerza, mientras él se inclinaba sobre su espalda capturando sus húmedos senos, estrujándolos y jalando con fuerza los pezones, no tardaron mucho en explotar uno dentro del otro mezclando sus deliciosos jugos. En esa ocasión tuve dos intensos orgasmos –concluyo. Creo que es la herencia que les toco tener- repuso saliendo de su apasionado embeleso- pues tu madre también es así, no sabes cómo me preocupaba, cuando salía de casa regresaba con una gran sonrisa, el pelo desarreglado y con ese olor característico a sexo reciente, sospecho que tu tal vez seas así, -Caperucita ruborizada inclino la cabeza y reconoció que si lo era.


pordetraesmasric 60M
11 posts
7/6/2013 9:28 pm

quieres ser mi caperucita?????


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/6/2013 9:03 pm

La niña, en verdad, tenía talento y disposición para todo lo relacionado con el sexo, descubriendo que le causaba mucho placer. Largo rato le mamó la verga al establero, recorriendo con su lengua el largo y duro mástil y apretando entre sus manitas los grandes huevos, que se notaban pesados por la carga de leche en ellos, mientras Don Pablo le acariciaba las piernas y el coño con una mano y con la otra, ya había sacado los senos y los apretujaba, tironeando suavemente los pezones, provocando que Caperucita comenzara a temblar y estremecerse antes tales caricias, sintiendo como su almejita empezaba a escurrir y a palpitar, su cuerpo se arqueaba buscando percibir más intensamente lo que sentía. Llegó el momento, en que ambos, ya no pudieron resistir y el establero se montó sobre la joven, quien lo recibió con los brazos y piernas muy abiertos, suspirando al unísono.
Él dijo –Vamos a ver cómo me pagaras chiquilla, tengo unas ganas enormes de sentir el calor y humedad de tu coñito- al tiempo que colocaba, su gran verga, sobre los labios vaginales de la chica, apenas cubiertos por su diminuto bikini, que, a estas alturas ya estaba empapado. Esta, al sentir el contacto de la dureza sobre si, abrió lo más que pudo sus piernas, disponiéndose a recibirlo con muestras de gran pasión, -si frote fuerte su rica verga sobre mí, no tenga compasión, tálleme muy fuerte. Empezaron a besarse, enroscando sus lenguas y mordisqueándose los labios, mientras las manos de ambos exploraban sus cuerpos. El, empezó a rozarla de arriba abajo, tallando su miembro sobre los cerrados labios vaginales, mientras ella se arqueaba para recibirlo mejor, pero, él no se conformaría con solo el roce de ese coñito mojado, ya en su mente, tenía la idea de penetrarla tan profundamente como pudiera.
Ambos estaban en el clímax de la pasión y astutamente el Don Pablo, deslizó una mano entre sus cuerpos y con un dedo, aparto la linda tanguita de la chica, dejando al descubierto una rica panocha, cubierta de suaves y rizados vellos, así como los enrojecidos y chorreantes labios, abriendo el camino, para que su verga pudiera penetrar el coño. Al sentir que su gran cabeza le abría los labios, ella protestó –Nooo, quedamos en que solo sería una frotada- a lo que él respondió –si, en eso quedamos pero no puedo resistir las ganas de metértelo- y añadió –¿no estás tú tan caliente como yo? ¿No deseas sentir como entra y sale en tu vagina frotando rico sus paredes? La chica suspirando dijo –No lo sé, me encantaría sentirla muy dentro de mi coñito, pero no creo estar lista para recibirlo, tengo miedo- a lo que Pablo le dijo –No temas, déjame clavártela, seguro te gustará, no ves que tanto tú como yo queremos sentir ese enorme placer, además, dijiste que me sacarías la lechita y aún no lo logras- La dulce niña quedó pensativa, dudaba entre respetar lo acordado o permitir que se la metiera, pero al fin pudo más su deseo y excitación que cualquier otra cosa y dijo: –Está bien, métamelo, pero con cuidado, que no me duela, quiero disfrutarlo plenamente- Ante esas palabras, el, retrocediendo un poco apuntó la cabeza de su verga entre los labios vaginales y empujó lentamente, sintiendo como se abrían y lo recibían gustosos. Ambos suspiraron, mientras ella sentía como entraba lentamente la verga, llenando la estrechez de su empapada vagina y él, susurrando dijo: –que rica estas chiquita, siento como tu coñito recibe y aprieta mi verga, dándome un gran deleite- a lo que ella completó –Si, la siento entrar dura y caliente, uuuy, parece que me llegará hasta la garganta, ahora dele señor démela rico, no deje de entrar y salir de mi cuerpo, destróceme pero no deje de moverse, asiiiiii, más fuerte, métala lo más profundo que pueda.
Y así, completamente enajenada por la pasión, Caperucita supo lo que es coger, el sentir una verga en el coño, deslizándose con fuerza en sus entrañas, abriendo sus pliegues, descubriendo el gran placer que ésta puede darle. Por un rato, se dieron a la tarea de procurarse el placer prometido, el metía y sacaba su verga del coño, sosteniéndola con ambas manos de las amplias nalgas, le levantaba las piernas, la besaba en la boca y el cuello, de momento, llevaba una mano para acariciar sus senos, apretar sus pezones mamándolos y mordiéndolos, hasta que al fin, en medio de pequeños gritos de placer Caperucita llegó al orgasmo –Aaaaaaaah que rico, no se detenga, ya casi estoy a punto, métamelo más fuerte, más hondo, más rápido asiiiiiiii, ya me veeeeeeengo, siiiiiiiiii me estoy viniendoooooooo aaaaaaaaaah- y descargó sus fluidos sobre la verga del establero, en medio de contracciones firmes y fuertes que ordeñaban deliciosamente el arma de su jodedor , el cual, correspondió con la emisión de su semen, que salía a chorros dentro de la vagina de ella, mientras con el aliento entrecortado, exclamó –Toma mi lechita, tómala toda que es para ti, siente como llena tus entrañas.
Después de este encuentro, ambos acomodaron sus ropas y se dispusieron a retirarse, no sin antes, llevarse la leche para las galletas y la leche del establero en el coño. Gracias por todo –dijo la chica- a lo que él le respondió con una sonrisa –nada agradezcas fue un placer y vuelve cuando quieras- ella guiñándole un ojo se retiró.


ESTO ES TODO DEL CAPITULO I, AHORA SI YA ESTA COMPLETO


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/6/2013 8:58 pm

Salió Caperucita de la tienda muy feliz, pero, aún le faltaba algo: la leche, así que decidió dirigirse al establo para conseguirla. Se sentía alegre y estimulada, por la experiencia pasada o tal vez por el calor del verano en su pueblo e inició su camino, mientras pensaba: el sexo no es tan malo como dicen, estoy segura que el establero, no me negará un poco, mientras sonreía pícaramente.
Al llegar al lugar gritó:
– ¡Don Pablo, don Pablo! ¿está usted ahí?
A lo que respondió un hombre alto y fuerte, saliendo del establo
- Hola Caperucita, pásale, ¿que se te ofrece?
- Necesito un poco de leche para hacer una galletas, para mi abuelita, pero, no tengo dinero, aunque, creo que le puedo dar algo a cambio de la que necesito- y al momento, abrió su caperuza para que el señor Pablo pudiera recrearse con sus encantos, quien, no sin antes frotarse las manos y atusarse el bigote contestó:
- - ¿Si? a ver dime ¿cómo me pagarás?
-Si me da un poco de leche, yo le ayudaré sacando su lechita, permitiéndole que frote su verga sobre mi coñito virginal.
A lo que el establero respondió de inmediato:
-Trato hecho ven, vamos al pajar.

El lugar era amplio, con grades montones de blanda paja y una vez ahí, Caperucita se tendió sobre uno de ellos, con las piernas muy abiertas y esperó a que don Pablo se acercara. Cuando lo tuvo a su alcance, le bajó los pantalones y metiendo la mano extrajo una verga, ya en plenitud de la erección, era larga y con una gran cabeza pero no muy gruesa. Caperucita procedió como le había enseñado el tendero y en pocos minutos don Pablo suspiraba y gemía ante las caricias, lamidas, besos y mamadas que le prodigaba la chica. - ¡Que rico lo haces! –decía- continua, no te detengas, es delicioso.
- ¿Le gusta así?- respondió ella, esbozando una pícara sonrisa y mirándolo a los ojos.


feocoyotecojo4 68M
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7/6/2013 8:55 pm

Ja, ja, ja, ja, ja, ja, tienes razón que tonto que soy, esta incompleto te envió lo que falta del capitulo I


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/6/2013 6:14 pm

Hola hechizada73 Como lo prometí este es el capitulo II del cuento para que ya lo tengas completo. La próxima semana inicio el cap. IV. Saludos y un beso


feocoyotecojo4 68M
69 posts
7/6/2013 6:09 pm

Cansado, el lobo empezó dormitar y a soñar, que por la gran sonrisa en su rostro debía ser algo muy placentero y debió ser así, ya que sintió vívidamente el calor de una ansiosa vagina en su tranca cuando, sobresaltado despertó. No había sido un sueño, no, cuando abrió los ojos vio a la Caperucita montada sobre él, con su gran verga firmemente enterrada en su coño. La chica aprovechando el sueño del lobo, logró hacer que se le pusiera dura nuevamente a base de suaves mamadas y caricias hasta montarse y empalarse en esa gran verga. La niña dijo –Perdón lobito por despertarte, pero no pude resistir la tentación de mamarte la verga y ya dura y grande quise sentirla nuevamente en mi interior, sé que estas fatigado por la caminata y por todo el placer que me das y ahora quiero recompensarte. Permíteme ser yo la que disfrute ese delicioso mete y saca de tu verga en mi vagina hasta lograr extraerte todo ese embriagante licor que deseo en mi interior. Sonriendo el lobo no dijo nada y dejo hacer a la chica lo que quisiera. Esta empezó a subir y bajar sobre ese mazo que se deslizaba en su interior, dándose pequeños sentones sobre ella. El lobo miraba como entraba y salía su ariete mientras le acariciaba, apretujaba los enormes senos que se balanceaban rítmicamente ante sus ojos, así que ni tardo ni perezoso, empezó a mamarlos mordiéndolos suavemente. Con gritos y suspiros llenos de lujuria llegó al orgasmo –aaaagggggggg que delicia- y como notó que la verga de lobo aún se mantenía firme continuo moviéndose sobre ella hasta que dijo – lobito que manera de hacerme venir, ya sentí como derrame mis jugos en tu tranca y sigues firme, ya me viene nuevamente y quiero sentir el calor de tu semen en mi interior, vamos acompáñame y juntos mezclemos nuestros fluidos. No tardo mucho el lobo cuando, entre exclamaciones anuncio su venida. Aaaaaaaaauuuuu Caperucita, aaaaaaaaaauuuuuuu que rico me ordeñas la verga, aaaaaaaaaaaaauuuuuuuu me encanta como te mueves, aaaaaaaaaaaauuuuuuu toma mi lechita. Ella respondió llegando al clímax – mmmmmmmmm que rico la siento derramarse en mi interior, así lobito así échamela todaaaaaaa, permite que deje bien seca tu verga siiiiiiiii, déjame sentirla hasta el fondo. Así, exhaustos pero satisfechos, se pusieron sus ropas y continuaron la marcha.
Después de avanzar un corto trecho, el lobo empezó a fraguar un malévolo plan en su mente y pensó –he visto de lejos a la abuelita de Caperucita y he notado que aun conserva un muy buen cuerpo, en forma y me gustaría averiguar si la abuela es tan ardiente y cachonda como la nieta. Teniendo esto en mente dijo a la joven –Bueno Caperucita, creo que hasta aquí puedo acompañarte, ya mi casa está cerca y tengo algunas cosas que hacer- replicando la chica dijo -¿no me acompañaras hasta la casa de mi abuelita?- No- respondió el lobo pero no te preocupes, de aquí en adelante el camino es seguro y la casa de tu abuelita está muy cerca- pues el astuto lobo ya había decidido intentar cogerse a la abuelita de la chica por lo que la instó a continuar el camino sola y alzando la mano se despidió -hasta la vista Caperucita espero encontrarte pronto- a lo que la niña contestó – hasta pronto lobito y gracias por todo- y enviándole un beso con la mano se alejó.


feocoyotecojo4 68M
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7/6/2013 6:08 pm

Pues, así fue como el lobo feroz por primera vez tomó posesión del cuerpo de Caperucita Roja y ella, recibió su gran verga y caricias. Después recobrar el aliento, continuaron la marcha muy juntos y abrazados, hasta llegar a un recodo del camino en el que, Caperucita vio una gran pradera cubierta de césped y comentó – ¡Qué lindo lugar! se antoja descansar en él, acostados en el pasto- y el lobo apuntó –tienes razón Caperucita se antoja descansar ahí.
El taimado lobo acostó a la chica, recostándose a su lado y dejo caer despreocupadamente su mano sobre uno de sus senos.
La presión sobre su pezón, volvió a despertar en la chica, el deseo de sentirse poseída y tomando la iniciativa, llevó su suave mano a la entrepierna del lobo donde, con hábil movimiento, sacó la gran verga del lobo, que empezaba a dar muestras de una erección. La acaricio unos momentos hasta lograr que se pusiera muy dura y preguntó – Lobito ¿me permites darte una mamada? -A lo que el asintió y llevando sus labios a la punta de troco del lobo, procedió a darle una intensa mamada sin dejar de besarla y recorrerla en toda su longitud con la lengua.
La excitación de la chica llegó a tal grado que exclamó – mmm lobito, quiero sentir nuevamente tu verga en mi coño ¿me la metes por favor? El lobo ni tardo ni perezoso contestó –con el mayor de los gustos- y procedió a desnudar a la niña y así acostada, se montó en ella, quien abriendo las piernas lo más que podía, permitió que el lobo apuntara su enorme mazo en la entrada de su vagina y dejándose caer lentamente se la metió toda, de un solo golpe. Suspirando la chica comento –aaaaaaaaaah que rico me la metiste lobito, me llego hasta el alma, ahora muévete lobito como solo tú sabes hacerlo mmmmmmmmmm que rico se sienten tus embestidas, oooohh si, así más fuerte por favor, más hondo mmmmmmmmmm. El lobo entraba y salía de su delicioso coño ya bien lubricado, manteniendo un ritmo fornicario al que, la linda chica, no tardó en acoplarse, ya que cuando le sacaba la tranca, ella se arqueaba para salir a su encuentro y sentir como se la metía nuevamente, hasta que llegó el momento en que ambos al unísono suspiraran –Aaaaaaaaaaaaaahh que rico- Terminaron derramando sus jugos, los de ella en el tolete del lobo, mientras el depositó toda su esperma en el coño de ella.
Pero, Caperucita no quedo conforme, el lobo feroz le había resultado un excelente amante y había despertado todas esas ansias de mujer, deseosa ser poseída y penetrada por una gran verga como la del lobo, que le llene de semen su vagina y su boca aprovechando cualquier lugar y momento para gozarla.


feocoyotecojo4 68M
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7/6/2013 6:05 pm

De las pichas que había visto la chica, ninguna se comparaba con la del lobo y pensó para si -¿Cómo se sentirá tener una tranca tan grande como esa en mi coño? Seguro será delicioso sentir como me entra completa y me talla con fuerza. El lobo, insistió -¿Quieres probarla? - Vamos no tengas miedo. Ya para ese momento la cabeza de la chica era un mar de ideas en como recibir y gozar el enorme tronco del lobo, pero al fin después de pensar un poco y de sentir como entre sus muslos escurría la muestra de que su coño estaba ya dispuesto respondió –Está bien lobito mete tu verga en mí, quiero saber que se siente estar ensartada en una tranca como la tuya, pero ten cuidado, que no me duela, quiero gozar con ella-. No te dolerá -dijo el lobo- quítate toda la ropa para que no se ensucie. Parada frente el, se despojó poco a poco de la caperuza roja y el ceñido vestido, mostrando el lindo sostén que apenas podía contener sus grandes y redondos senos y el minúsculo bikini sobre su sexo y dándose una vuelta en redondo, permitió que admirará su tierno cuerpo, mientras él, se quitaba sus ropas, quedando desnudo frente a ella, con su verga completamente erecta y lista para darle gusto. - Déjame quitarte esas últimas prendas –exclamó - y con manos temblorosas por el deseo, se las quito, dando un paso atrás, la admiró en toda su sensacional belleza. Ya verás cómo disfrutaras la embestida de mi verga en tu coñito, ven arrodíllate frente a mí y mámala un poco, para que resbale dentro de ti con facilidad –dijo. Si -contestó la chica- déjame probar su sabor y dureza, deseo saber cómo se siente dentro de mi boca esa cosa tan larga y gruesa. Por unos minutos Caperucita besó, lamió y mamó la tranca del lobo, bebiendo las primeras gotas que escurrían por el orificio de la hinchada cabeza, mientras él acariciaba y pellizcaba sus pezones y deslizaba su tosca garra en su coñito, disfrutando su calor y humedad. Pasado un rato, el lobo dijo -ya basta, acomódate como un perrito para que te la meta- la chica obedeció y parando bien sus nalguitas invitó al lobo a poseerla.- Vamos lobito métemela despacito, con mucho cuidado para que no me duela, quiero sentirla completa dentro de mí-. El lobo frotó la punta de su ya mojada verga en los labios vaginales, rozo descaradamente el clítoris ya expuesto de la niña y obligó a su puchita a abrirse para recibirlo, cuando sintió la entrada del coño empujó lentamente, logrando meter la hinchada cabezota. ¡Aaaaaaaaaah que rico! –Suspiró ella- métela lento, que rico lobito. El, aferrado a sus caderas empujó un poco más, sintiendo como resbalaba en su tibio y húmedo canal; dueño de la situación, sacó su tranca, dejando dentro solo la cabeza y volviendo a meterla, se la dejó ir un poco más profundo y así con ese mete y saca ya tenía dentro la mitad del mazo, cuando le pregunto -linda niña estas escurriendo, que delicia sentir como te derrites en mi verga ¿sientes cómo te la meto?- Si la siento muy rico mmmmmm como entras y sales abriendo las paredes de mi vagina, es delicioso, dame un poco más –suplicó la chica. Con el mayor de los placeres –dijo el- ahora te la meteré un poco mas –mmmm siiiiiiiiiiiiiiiiii- dijo ella, alistándose para recibirla arqueando su espalda. El lobo retrocedió y lentamente metió toda su gran tranca, hasta el fondo de su vagina. Gimiendo de placer, Caperucita la recibió, sintiendo como entraba y salía de su empapada puchita. - Así lobito, así métemela toda, no dejes de moverte mmmmmmm que rico, siento como me ensanchas cuando entras, llenas por completo mi pobre coñito, que rico lo haces lobito, continua así ¡mmmmmmmmm! El lobo, pasando una mano por las nalgas las separo y después de humedecerlo, metió un dedo en el ano de la chica lo que la hizo estremecer y dijo –que rico lobito así me gusta más, sentirte en mi coño y en mi culito, no dejes de moverte ¡siiiiiiiiiiiii! Dame más verga, cógeme rico lobito - cosa que, complació al lobo mientras bombeaba el coño de la chica y sentía los labios vaginales cerrarse sobre su tranca mordisqueándola para no dejarla salir –Que rico mueves tu culito Caperucita, como besas y absorbes mi verga con tu coño, estas tan apretadita, goza chiquita que estoy a punto de venirme- Espera un poco –respondió- pero no dejes de moverte y continua metiéndomelo así mmmmm. El lobo, aceleró sus movimientos y ella correspondió con los suyos hasta que, al fin, el lobo aulló –Aaaaauuuuuuuuuuuuuu me estoy viniendo caperucita, aaaaauuu recibe toda mi leche, aaaaaaaauuuuuuuuuuuu que rico es esto aaaaaaaaaaauuuuuuuuu muévete más. Mientras Caperucita estremeciéndose gimió –me vengoooooo lobito, que rico sientoooo, oooohh que delicia recibir tu lechita en mi coño, lobito échamela toda hasta el fondo, ya siento como tus chorros golpean mi matriz, déjame exprimir todo lo que tengas para mí, siiiiiiiiiiii así.


feocoyotecojo4 68M
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7/6/2013 6:03 pm

CAPITULO II
Al fin, Caperucita, pudo hacer las galletas para su abuelita y acomodándolas en la canastita se dispuso a tomar el camino para visitarla. Ya había recorrido un gran trecho en el bosque cuando de repente oyó: -Pssssst, pssssst.- Se detuvo un momento y presto atención –psssst. Pssssst.- volvió a escuchar y pregunto –Hola ¿Quién es? ¿Quién está ahí?- Una voz queda y rasposa le respondió –ven aquí linda niña, a este árbol, acércate- Caperucita se acercó al árbol y vio donde se ocultaba un gran lobo, éste preguntó – ¿qué haces tan solita en el bosque?- a lo que ella respondió inocente –voy a la casa de mi abuelita a llevarle unas galletitas-
-Mmmm- susurró el lobo - es peligroso que andes sola en el bosque, te puede pasar algo- ella dijo –no lo creo conozco el bosque y sé el camino para llegar- -A qué bien- dijo el lobo –pero yo conozco un camino más corto- ¿De verdad? Preguntó la chica –si- dijo el lobo -¿quieres que te lo muestre? Así te acompaño para que no camines sola ¿quieres conocerlo?- Por supuesto lobo dime cual es el camino más corto- Bien sígueme- repuso.
El astuto lobo, había logrado convencer a Caperucita para irse por otro camino, que no era más corto, sino más largo. La había observado a lo lejos y con su aguda vista, noto el tierno y bien formado cuerpo de la chica, su piel dorada por el sol, sus grandes y saltarines senos al caminar, como se contoneaban sus caderas, sus firmes piernas, sus lindas nalgas perfectamente marcadas sobre la tela de su ajustado vestido, cuyo escote dejaba ver suficiente de los senos, coronados por los erguidos pezones. Así, empezaron a caminar, sin que el lobo perdiera de vista los encantos de la chica, hasta que comentó – Es peligroso caminar sola por el bosque, más aun tratándose de una linda niña como tú. Caperucita intrigada, repuso - No lo creo, he estado muchas veces en el bosque- ¿Qué me puede pasar?-. El lobo, fingiendo preocupación añadió: – En el bosque, hay personas que se aprovechan de las chicas solas, obligándolas a hacer cosas sucias y desagradables- ¿Cómo cuáles? inquirió la chica – Por ejemplo- dijo el lobo –Obligarlas a hacer cosas obscenas, las obligan a quitarse la ropa y a permitir que les metan la verga o se las mamen, eso no está bien, afortunadamente al acompañarte, puedo cuidarte y defenderte- Pero ¿y si a ellas les gusta eso lobo? No creo que sea tan malo –dijo Caperucita. El lobo relamiéndose los bigotes contestó animado –bueno, si es así, está bien pero ¿a ti te gustaría que te metieran la verga? Al decir esto, aguzó el olfato y percibió el aroma del sexo de la chica, notando que tal vez estaría dispuesta, por lo que insistió ¿te gustaría que te metieran la verga? A lo que ella repuso pensativa –no lo sé, tal vez si me gustaría- El lobo sonriendo preguntó ¿ya te la han metido alguna vez? A lo que la chica, recordando sus experiencias pasadas, respondió –si una vez- Vaya -dijo el lobo- que bien y dime ¿te gustó? La chica pensando contestó –mmmmmmm creo que si- ¿te gustaría hacerlo nuevamente? -pregunto el lobo- ¿Qué? -dijo ella - Pues coger linda, que te metan nuevamente la verga en el coño. - Supongo que si -respondió ella- pero ¿con quién? No hay nadie cerca. El lobo rápido y solícito le dijo – Pues conmigo pues quien más, me gustaría meter mi verga en tu coñito- Ella mirándolo le dijo ¿quieres cogerme lobito? Y notó el bulto que ya se había formado en el pantalón – Por supuesto que si Caperucita, me encantaría coger contigo, meterte la verga para que sintieras y probaras el tamaño y grosor de mi tranca - No creo que este bien hacer eso lobito- dijo la chica por lo que él preguntó- ¿Por qué no estaría bien? Tú tienes un coño y yo una buena verga para ti, además veo que tienes muy buen cuerpo, una boca para ser besada y creo que darás unas buenas chupadas, unos senos grandes para ser acariciados, lamidos y bien mamados. Para ese momento, Caperucita, había comenzado a sentir una sensación de desasosiego en su cuerpo y su conchita había empezado a humedecerse al escuchar lo que le decía el lobo, quien continuando, dijo -tienes unas lindas nalgas, bien paraditas- y estirando la mano, bueno, la pata las tocó acariciándolas sobre el vestido, lo que a Caperucita no le disgustó. La niña tenía ya los pezones erectos y su vagina chorreando tibia miel. Para acabar de convencerla el lobo agregó –Espera un momento, para que veas mi verga ¿quieres verla? respondiendo la chica – ¡claro que quiero verla!- y acto seguido, el lobo sacó su enorme tranca bien parada. Era larga y gorda coronada con una gran cabeza y surcada por muchas venas ¿Qué te parece? ¿Te gusta?-. La chica admirada exclamó gustosa - Wwwwooooooowwwwww que cosa tan grande tienes lobito, jamás imaginé ver algo como eso, de verdad que tienes una gran verga.


feocoyotecojo4 68M
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7/6/2013 1:11 pm

Al fin, completamente ahítos de placer, los fornicarios quedaron agotados uno sobre el otro, la abuelita destrabo sus pies de la espalda del lobo y este pudo al fin, desmontarla sacando su desmayada verga del destrozado coño, acostándose uno a lado del otro. Fue hasta ese momento que notaron la presencia de Caperucita, que parada al pie de la cama, los observaba con una pícara sonrisa.


feocoyotecojo4 68M
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7/6/2013 1:03 pm

En esos momentos llego Caperucita a la casa y pensó –le daré una sorpresa a mi abuelita, entraré muy calladita- pero al acercarse, escuchó los ruidos del encuentro sexual de su abuelita con el lobo y aguzando el oído dijo –parece que le pasa algo, se oye como que se queja y le falta la respiración- y asustada entró. Para su sorpresa, con grandes ojos vio como dos cuerpos se movían y agitaban sobre la cama. Pensó que atacaban a su abuelita, que la están atacando y lastimando, corrió acercándose y reconoció el cuerpo del lobo. ¡¡¡Lobo malo deja a mi abuelita, quítate de encima de ella!!! Exclamo golpeándolo con los puños y tirando de él. Pero como los amantes estaban completamente concentrados en su encuentro sexual buscando llegar al orgasmo, no se dieron cuenta que la chica está ahí. Cuando noto que los fornicarios no hacían caso, cesó de golpearlos y observando más detenidamente vio que su abuelita se aferraba al cuerpo que tenía encima moviendo sus caderas para salir al encuentro de las embestidas que el lobo le daba con su larga y gorda verga, observando cómo se la metía completamente en su ansioso coño. La chica se paró al pie de la cama, fuera de la vista de los que cogían tan intensamente y miró la escena. Escuchó a su abuelita decir: -Así lobito, más fuerte, más hondo, dame toda tu verga que estoy a punto de venirmeeeeeeeeeeee- a lo que el lobo respondió –Siiiiiiiiiiiii dame todo lo que tengas en tu deliciosa vagina. Arqueando su cuerpo la abuela y dando un largo grito exclamó ¡¡¡me vengo lobito, siente como me estoy viniendo aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh!!! Al sentir sobre su verga los jugos de la abuelita en lobo aceleraron sus movimientos de meter y sacar, haciéndolos con mucha fuerza e intensidad, lo que provocó que ella correspondiera con más ímpetu y pasión, aferrada al cuerpo que la estaba jodiendo. Y así en medio de bruscos movimientos de las caderas y tomándola por las carnosas nalgas el lobo anunció –Me voy a venir abuelitaaaaa, ya siento que estoy a punto de explotar, prepárate a recibir toda la lechita que tengo para tu caliente y delicioso coño Siiiiiiiiiiiiiiiiiii –dijo la abuelita- siiiiiiiiiiiiiiiiii dame toda la lechita que tengas, échala muy dentro de mi coño ansioso, que yo también estoy a punto de venirme nevamente, siiiiiiiiiiiiiiiiii. Tres embestidas más, fueron suficientes para que ambos llegaran al éxtasis juntos y aullando el lobo exclamo –aaaaaaaaaaaaaauuuuuu me estoy viniendo, aaaaaaauuuuuuu recibe toda mi leche, aaaaaaaaaauuuuuu no dejes que se salga, aaaauuuuuuuuu muévete un poco más. La abuelita secundándolo grito –Siiiiiiiiiiiiii también me estoy viniendo otra vez, aaaaaaahh que delicia, mmmmmm si dame toda tu lechita, Uuuuuuuuffff es tanta que me siento llena hasta mi matriz y que escurre por mis nalgas muy calientita, oooooooohhh es deliciosa.


feocoyotecojo4 68M
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7/5/2013 10:29 pm

El lobo había logrado hacer que la abuelita se excitara, de tal forma que no le importó lo que le hacía, permitiéndole que actuara como quisiera y suplicando por caricias más calientes a cada momento, pero eso sí sin soltar la gran verga que tenía en las manos. A lo que él, notando el alto grado de calentura de la madura mujer, procedió a quitarle sus ropas dejándola completamente desnuda y tomándola en sus fuertes brazos la llevó a la cama depositándola suavemente. Después se quitó sus ropas contemplando a su presa, pensando en cuál sería la mejor manera de poseer ese cuerpo lleno de deseo, de manera anal, vaginal, oral, un sesenta y nueve, de a perrito, de misionero, de chivito al precipicio en fin ,no decidía como. La abuelita, presa del deseo de sentir la enorme verga del lobo en su interior lo urgió diciendo, al tiempo que abría ampliamente sus piernas y le tendía los brazos– vamos lobito ven aquí y méteme tu tranca sin piedad, hasta en fondo de mi coño. El ya no lo pensó más, subió a la cama, se colocó sobre la abuelita y empezó a mamar sus pezones con la avidez de un bebe hambriento, provocando que estos se pusieran duros como piedra, mientras ella tomaba en sus manos la verga del lobo, la frotó sobre los labios vaginales para que se abrieran y la apunto directamente en su chorreante vagina. Al sentir el calor y que estaba en el lugar correcto el lobo empujó su embolo y de una sola estocada se la metió toda en su ansiosa vagina. Aaaaaaaaahhhh que rico –suspiro la abuelita- me la metiste de un solo golpe lobito, espera un momento mientras me acostumbro a ella y la siento bien metida mmmmm así mmmmm. Siéntela, es toda tuya –agrego el lobo- Siiiiii la siento bien dentro muy dura y caliente, siento como me ensancha y me llena por completo, aaaaaaaaaaaahh es deliciosa. Ahora si lobito, haz lo que quieras, destrózame el coño pero no me la saques, métemela hasta en fondo que casi la siento llegar a la garganta siiiiiiiiiiiiii que placer me das. La abuelita levanto las piernas y abrazando el cuerpo que tenía encima trabó sus pies en la espalda de su vio (lador) y pidió –muévase señor lobo, meta y saque su deliciosa verga en mi interior, destróceme el coño pero no me la saque- a lo que el lobo solícito empezó un mete y saca lento pero profundo, al principio, pero conforme friccionaba su embolo dentro del coño fue aumentado el golpeteo y la rapidez de las embestidas – ¿te gusta cómo te la estoy metiendo? ¿sientes como mi tamaño recorre todo tu canal vaginal, como te la saco y solo dejo dentro la cabeza y te la vuelvo a meter hasta el fondo?. - Siiiiiiiiiii, que rico - dijo la abuela. Pues aférrate a mí con brazos y piernas y no permitas que me salga de tu caliente y resbalosa vagina pues la siento estremecer sobre mi verga, trepidar y apretarme delicioso mmmmm, siiiiiiiiiií, me encanta como tus labios vaginales mordisquean la cabeza de mi ariete invitándolo a volver dentro de ti uuuuuuupppsssssss. Por un largo rato disfrutaron y gozaron de un prolongado coito en donde solo se escuchaban los besos, exclamaciones, jadeos y el ruido de chapoteo, chap, chap, chap, característico del embolo al entrar y salir del jugoso coño de la abuelita.


feocoyotecojo4 68M
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7/5/2013 10:19 pm

El lobo se encontraba ya en un alto grado de excitación y se sintió feliz por las palabras de la abuelita pues, desde el principio, había deseado poseer su espléndido cuerpo.
La abuelita estaba tan absorta contemplando y tocando la rica y dura verga que, cuando volvió la vista a la cara del lobo, ésta se había transformado y entonces la abuelita sorprendida comentó -Señor lobo que ojos tan grandes tiene usted- Son para ver mejor tus pechos, piernas y caderas –respondió.
- Pero, señor lobo que orejas tan grandes tiene, -sí, son para oír mejor tus gemidos cuando te la esté metiendo.
- Señor lobo que manos tan grandes tiene –son para acariciar mejor todo tu cuerpo- y empezó a tocar descaradamente sus senos, abdomen, las nalgas y la parte interna de las piernas de la abuelita.
- Señor lobo que colmillos tan grandes tiene –son para mordisquearte mejor las orejas, el cuello y tus riquísimos pezones, uniendo las palabras a los hechos logró que la abuelita se estremeciera con profundos suspiros, mientras lengüeteaba sus erectos botoncitos -Aaaaaaaahhh que rico se siente.
Abriendo los ojos dijo, - Señor lobo que lengua tan grande tiene, -es para lamerte todo tu cuerpo, tu culo y tu jugosa vagina- y procedió a apartar la panti para recorrer toda la extensión de los labios vaginales, deteniéndose en frotar su erecto clítoris y metiendo su larga y rasposa lengua en su canal hurgando entre los pliegues y chupando extasiado la miel que ya rebosaba en él.
La abuelita solo atinaba a suspirar y estremecerse –Aaaaaaaaahh que rico lo haces chiquito, ooooohh no te detengas y continua mamándome asiiiiii, métela hasta el fondo, mmmmmm delicioso.


feocoyotecojo4 68M
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7/4/2013 5:09 pm

Perfecto -dijo el lobo- y sin levantarse de su lugar se desabotonó la camisa, mostrando su peludo pecho, lentamente abrió su pantalón y sacó su gran verga que, después de la conversación comenzaba a erguirse - ¿qué le parece? –Agregó- y eso es que aún está dormida. La abuelita sorprendida y abriendo mucho los ojos exclamó - ¡¡Qué barbaridad!! Nunca imagine que usted pudiera tener algo tan grande y gordo. - Pues si abuelita, la naturaleza me obsequio con un gran aparato, largo y gordo y que con el paso del tiempo he logrado utilizar muy bien, haciendo que los coños que lo han recibido en su interior, disfruten de su tamaño y con el roce del meter y sacar tengan unos orgasmos muy intensos prodigándome todo el jugo que les logro exprimir, ¿Qué opina? La abuelita quedó estática admirando ese gran trozo de carne, no atinaba a decir nada, hasta que al fin arreglando su ropa dijo –vaya señor lobo pues en verdad tiene una cosa muy buena ahí, pero ¿me permitiría tocarla? Solo para confirmar que es real; -por supuesto que si -afirmó el lobo- toque usted vea que es real, note su tamaño y grosor y si se anima juegue con ella para que aprecie su gran tamaño ya bien erecta. La abuelita acercó sus temblorosas manos y tomó en ellas la verga que le ofrecía, la acarició de arriba abajo, la apretó suavemente, sintiendo su tronco pesado, la miró de un lado y del otro, lo que provocó, que se pusiera bien erecta, durísima en sus manos. Con voz entrecortada por la lujuria dijo –que buen leño tiene señor lobo es largo y muy gordo, sus huevos son pesados y se sienten bien llenos de esperma- apuntó. Por unos instantes la tuvo en sus manos, recorriéndola en toda su extensión y al fin, con dos dedos, rozó la hinchada y gorda cabeza, lo que ocasionó un estremecimiento y un largo suspiro del lobo. Aaaaaaahh tenga cuidado –sentenció el lobo- pues puede provocarme la emisión de la lechita que tengo guardada.


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