Reset Password
If you've forgotten your password, you can enter your email address below. An email will then be sent with a link to set up a new password.
Cancel
Reset Link Sent
If the email is registered with our site, you will receive an email with instructions to reset your password. Password reset link sent to:
Check your email and enter the confirmation code:
Don't see the email?
  • Resend Confirmation Link
  • Start Over
Close
If you have any questions, please contact Customer Service

Como una pelota de tenis  

azulzelezte 55F
0 posts
7/28/2019 12:03 pm
Como una pelota de tenis

Alguna vez conocí en estas páginas a un universitario. Nos escribíamos casi a diario, pues me parecía atractivo y gracioso, y acordamos tomar un café. Era mi época de asaltacunas: cero compromisos, satisfacción garantizada, o eso creía yo. En fin, lo conocí y me pareció guapo y simpático, aunque bastante tímido. Me invitó el café y quiso que fuéramos al cine, ¡al cine! Me incomodaba el hecho de que me vieran con él, pues la diferencia de edades era bastante obvia, pero terminé aceptando. Total, con mis gafas oscuras nadie me reconoce. Ya no recuerdo la película, pero sí que en la oscuridad me tomó de la mano y me dio un beso. Efectivamente, este chavo buscaba novia... y una mucho mayor que él.
Lo invité a la casa que me prestó una amiga. Llegamos, prendimos la tele y nos sentamos a verla. Puse mi cabeza sobre su hombro, él me abrazó y nos acurrucamos. Así permanecimos durante algunos minutos, hasta que me decidí. Entonces le mordí el lóbulo de la oreja, volteó y por fin me besó. Fue un beso tibio, pero muy rico, que lo desinhibió. Comenzó a besarme furiosamente e hizo que me sentara encima de él, a horcajadas, mientras acariciaba mis nalgas y mis pechos. Lo besé con más ardor, puse su cara entre mis pechos, dejé caer mis nalgas en su vientre y comencé a frotarme. Poco a poco empecé a sentir algo duro debajo de mí. Me quité de encima de él para bajarle la bragueta y conocer a su campeón, y cuando lo vi dije: ¡Dios mío!
Tenía un pene no muy grande, pero sí demasiado gordo, inusitadamente grueso, y me lo puso a la altura de la cara, con obvias intenciones. No muy convencida, pensé que si lo ayudaba el asunto crecería a niveles de espanto. Pero pudo más la curiosidad y me acerqué a él, lo toqué con los labios, lo toqué con la lengua y después introduje su glande en mi boca. No estaba mal, hasta parecía perfumado, sin vello ni imperfecciones. Pero sólo le chupé la cabecita porque, de plano, no me cabía en la boca. Pero eso fue suficiente para él: ahí mismo, en el sillón, mientras seguía besándome comenzó a desabrocharme el pantalón. Yo, francamente, no sabía cómo proceder ante aquello, pero bueno, ya estábamos ahí y teníamos toda la tarde por delante.
Me quitó el pantalón y la panti y se pegó a mi pubis. Debido a su inexperiencia, no sabía dónde chupar, por lo que lamió toda mi área genital, tratando de excitarme; cuando tocaba mis puntos más sensibles, me arrancaba un gemido y entonces insistía en ese punto hasta que por fin logró prenderme. Sentí que poco a poco una sensación de ansiedad e impaciencia comenzaba a invadirme y que crecía y crecía hasta el momento en que la desesperación se disparó y sentí que algo muy dentro de mí estallaba, dejándome totalmente aturdida, seguida de un ligero desvanecimiento. ¡Dios mío!
Cuando recuperé la conciencia, empapada en sudor, lo vi colocando a su amiguito en mi vulva. Después del orgasmo me sentía totalmente relajada, capaz de albergar lo que me metiera... pero sólo cupo la mitad de su verga. Intentó dos o tres empujones, lentos, como una ballena sumergiéndose en el mar, pero no entraba lo demás. Ver a semejante animal en mi entrada tratando de penetrarme me excitó, así que me incorporé, lo senté y me coloqué encima de él. Lo acomodé dentro de mí y le dejé caer el peso de mis nalgas. A pesar de todo, sólo entró la mitad del pene; las levanté y las volví a dejar caer, una y otra vez. El frotamiento empezó a volverme loca y le dejé caer encima mis nalgas a toda velocidad, hasta que sentí que esa masa de carne comenzaba a resbalar y se alojaba finalmente en mi empapada y dilatada cavidad. ¡Dios mío!
Después de semejante esfuerzo me sentía yo muy relajada, muy descansada, casi somnolienta. De hecho, me acosté sobre mi costado para dormir, pero poco a poco advertí que él seguía parado junto a mí, de modo que flexioné las piernas y dejé a su disposición mis nalgas y mi vulva para que hiciera con ellas lo que quisiera. Y de inmediato me la volvió a meter. Vaya que es elástico mi cuerpo. Era como si tuviera adentro una pelota de tenis. De ese grosor era. En fin, tener todo su miembro dentro de mí lo enardeció y lo sacaba y lo metía encantado, con los ojos en blanco y la boca seca, hasta que por fin se venía dando un grito. Debo decir que hizo todo esto por lo menos dos veces más. Yo no podía dejar de ver semejante animal, pues había crecido tanto que parecía el de un negro y, sobre todo, me resultaba increíble que entrara con tanta facilidad en mi cuerpo.
Amanecí muy adolorida y creo que no pude caminar con normalidad durante un par de días. Me había fascinado la experiencia, pero sabía que no debía abusar de mi cuerpo, así que decidí no volverlo a ver. A veces, cuando me siento muy excitada, me dan ganas de contactarlo y de verlo de nuevo, pero creo que otra cita con él me partiría en dos, así que olvido la idea. De todos modos me pregunto si aún sigue aquí y si alguna vez convenció a alguna otra chica de la página. Porque feo no es, y a final de cuentas es todo un caballero.


Panterasol 54M
218 posts
8/7/2019 12:21 pm

excelente relato y recuerdo para ti


tomacho0862 64M
23 posts
8/16/2019 8:20 am

un relato muy escalofriante para ti


Become a member to create a blog