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Escarceos: Primer asalto.
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Escarceos: Primer asalto. No un secreto mis escarceos con ataduras, y tampoco lo es el morbo que me produce estimular a mi pareja de juegos mientras ésta se debate no pudiendo hacer nada por evitarlo. Os escribo un ejemplo en el que se intuye la delicia que puede llegar a ser para mi este tipo de 'actividad': Acaricio tu nuca con los dedos de una mano y te beso profundamente. Paso la otra tras tu cintura para estrecharte contra mi. Quiero que sientas el calor de mi cuerpo y el vaibén pausado de mi respiración en el tuyo. Comienza un delicioso baile de lenguas, chupetones y mordiscos mientras nos guío hacia la cama. No dejo de besarte el cuello mientras te siento delicadamente en ella. Te descalzo lentamente, desabrocho con cuidado tus pantalones y los bajo poco a poco mientras beso la suave y cálida piel que va quedando al descubierto. Repito la operación con tus braguitas, manoseando con las palmas de las manos el recorrido. Con ambas manos, sostengo una de tus pantorrillas y atrapo el dedo gordo del pie con la boca, succionandolo con fuerza. Aprovecho y hago un nudo fijo en el tobillo, que servirá para inmovilizar tu extremidad sin estrangular su riego sanguíneo. Repito la operación con el otro pie, mordiendo su arco interno para sostenerlo, lo que te provoca un tímido escalofrío. Te bates en retirada ante el embate del peso de mi cuerpo, mis besos y mis amenazadores mordiscos al aire. Te dejas caer de espaldas en la cama. Comienzo a despojarte de la camiseta y cuando su cuello queda justo a la altura de tu nariz y tus brazos están atrapados en el batiburrillo de tela sobre tu cabeza, paro. Contemplo tu cuello suave y tu deliciosa boca un instante mientras pienso que tu camiseta conforma una extraña máscara de carnaval. Con tu visión cegada y tus brazos atrapados, hago un nudo simple a dos columnas para unir tus manos por las muñecas, y dejar la camiseta bloqueada entre ellas y tu cabeza. Finalmente fijo la cuerda al cabecero de la cama. Tiras tímidamente comprobando que aunque tus muñecas tienen imposibilitado su movimiento, la circulación no se ve afectada, lo que te tranquiliza. Una punzada de excitación te recorre al saber que mi intención es que todo tu cuerpo quede a mi merced. Inmovilizo tus piernas, atando las cuerdas anudadas a tus tobillos a sendas patas de la cama. Me levanto y contemplo la sugerente 'Y' invertida que tu cuerpo estirado dibuja sobre la cama. Es una visión erótica y excitante ver tu pecho subir y bajar a cada respiración, esperando espectante. Gateo sobre tu cuerpo y juego: Un soplo de aire cálido bajo la oreja, un beso suave en tus labios, un lametón en uno de tus pezones, un tímido mordisco en el lateral de la cintura... mmmmmm, una delicia para los sentidos. Invierto las palmas de mis manos y paso las puntas de los dedos acariciando suavemente con las uñas los laterales de tu torso, de cintura a axilas. Es delicioso notar como tu piel se eriza y cómo te provoca escalofríos. Poso la palma de mi mano suavemente sobre un pezón y ejecuto un movimiento circular rozándolo casi imperceptiblemente, que lo endurece y acaba por dejarlo tan duro como una piedra. Beso tu cuello bajo la oreja y tu respiración se acelera. Se te escapa un pequeño gemido cuando te mordisqueo el lóbulo a través de la camiseta. Cuando te susurro al oído que vas a ser devorada sin piedad, giras tu cabeza e intentas morderme a ciegas. Te castigo mordiendote la barbilla y cruzo a besos tu mentón hasta el cuello. Ante tu insistencia intentando devolverme un mordisco, amplio mi castigo y muerdo suavemente el lateral de tu cuello. Marco otro algo más fuerte en la provocadora zona entre cuello y hombro. Los músculos de la zona se tensan de inmediato y decides rendirte. Comienzo a rozar mi mejilla por el contorno exterior de tu pecho, y hago llover un racimo de besos que se cierra en espiral hasta llegar a la aureola, en la que mi lengua se entretiene jugueteando con sus pequeñas protuberancias antes de dedicar toda su atención al pezón. Lo chupo, recorro suavemente con mis dientes su pequeña extensión y lo golpeteo rápidamente a modo de puching-ball con la punta de la lengua, lo que provoca ligeros gemidos. Mi lengua va dejando un reguero cálido al viajar desde tu pecho, a través de tu vientre, a las inmediaciones de tu monte de venus. Ahuso mi lengua, poniendola en forma de punta y la paseo por todo el contorno exterior de tu coño, pintando la zona con saliva. Acaricio suavemente el 'filo' de sus labios menores y estos crecen a ojos vista. Veo y huelo como comienza a humedecerse. Te revuelves inquieta, pero las ligaduras no te permiten la movilidad que desearías. En ese momento, paro en seco y emites un quejido de desaprobación 'Nnnnnnnnnnnn'. Lo sustituyes por un 'Mmmmmmmmmm' de tono bajo y prolongado, cuando comienzo a comprimir la planta de uno de tus pies entre las palmas de mis manos. Dispongo los dedos de una mano en forma de pinza y comprimo el talón, arrancando otro ronroneo de puro gusto aún más prolongado que el anterior. A la vez, subo el pie y mordisqueo su almohadilla bajo los dedos. Mi masaje pasa al tobillo y de ahí a la pantorrilla, donde libero la tensión del gemelo amasándolo. Alterno ambas manos para conseguir un efecto más relajante. Beso la cara interna de tu rodilla y comienzo a ascender besando el interior del muslo hasta que notas como me acerco peligrosamente a la humedad cuyo sabor sabes que me vuelve loco. Cuando mi llegada es inminente, sientes un fuerte mordisco en el tendón interior que une el muslo a la pelvis. Profieres un pequeño grito de dolor que se ahoga en el ronroneo que provoca mi lengua al pasar por el surco central que conforman los labios menores de tu sexo. Llega al clítorix y palpa su suavidad. Lo explora circudando su pequeña extensión, intentando introducirse entre los pliegues de su capuchón y lo encuentra enervado, duro, listo para ser 'martirizado' (mmmmmmm, que delicia). La ahuso endureciéndola al máximo dejando su punta en la mínima expresión y acaricio lenta y vaporosamente el clítorix durante un buen rato. Te remueves inquieta y tu respiración se acelera. Te excitas y deseas más, mucha más rudeza, pero no te la voy a dar. Sigo hasta que la sensación se te hace familiar, soportable, y al notar que tu excitación se estanca, cambio la forma de mi lengua para dejarla plana. La hago recorrer toda la extensión de tu coño de abajo a arriba y cuando llega a tu clítorix lo aplasta suavemente moviendose arriba y abajo a buen ritmo, como si de un gato lamiendo se tratase. Te revuelves en espasmos y emites deliciosos gemidos que me excitan. No cejo en mi empeño y sigo con un ritmo cadencioso un buen rato. Antes de que la excitación te haga llegar al orgasmo, paro en seco. Vuelves a quejarte con más energía 'Nooooooooooo', pero desatiendo tu petición: 'yo dirijo la orquesta'. Tu respiración decelera al ritmo que lo hace tu excitación, pero no la dejo bajar demasiado antes de comenzar a golpetear en una lenta cadencia tu clítorix lateralmente con la lengua, usándolo cual badajo de campana. Al principio, cada fuerte golpe provoca un espasmo, pero a medida que tu excitación se va estancando aumento el ritmo y bajo la rudeza del 'campaneo' hasta hacerlo suave, pero frenético. Tu cadera bota en la cama, e intentas liberarte de la tortura de mi traviesa lengua, pero las ataduras te lo impiden. De repente, varío mis 'campanadas' para que en lugar de laterales sean de abajo a arriba y sientes un estímulo aún mayor. Te abandonas y te dejas llevar gimiendo desaforadamente. Se te escapan gritos y cuando más excitada te noto, chupo con fuerza tu clítorix con mis labios haciendolo entrar y salir rápidamente de mi boca, masturbandolo. Tu cuerpo se tensa y tu cuerpo se arquea intentando liberarse, tus temblores arrecian, tus gritos suben de volumen hasta que un devastador orgasmo te libera de la tensión acumulada y deja tu cuerpo inmóvil sobre la cama... Me rio maliciosamente y cejo en mis atenciones. Dejo que el ritmo de tu respiración vuelva poco a poco a la normalidad. Antes de que te recuperes del todo, sientes dos de mis dedos penetrar tu encharcada vagina. Una vez se acomodan, los hago entrar y salir aumentando poco a poco su ritmo hasta que finalmente penetran a un ritmo frenético. Al entrar, rozan las rugosidades internas de tu vagina, finalizando con un suave golpe en ese punto que hace que una punzada de placer intenso estalle en tu cerebro en cada embate. Sin bajar el ritmo de mis dedos, atrapo tu clítorix entre los labios y vuelvo a masturbarlo comprimiéndolo a cada chupada con una pequeña diferencia... entre compresión y compresión la punta de mi lengua lo golpea doblando la potencia del estímulo. Cuando noto tu inminente orgasmo, saco mis dedos pasando a masturbar tu clítorix de lado a lado a un ritmo demencial y sitúo mi boca en la entrada de tu vagina para recibirlo como merece. Aumento el estímulo un punto más penetrando tu vagina con la lengua, lo que acelera tu éxtasis. Tu orgasmo es más intenso y líquido esta vez y encharca mi rostro en su potente estallido. Disfruto de su sabor y lamo circularmente la entrada a tu vagina provocando pequeños estertores. Cuando todo acaba, subo rozando mi cuerpo contra el tuyo y te beso duro. Acabo el beso chupando tu lengua con fuerza, y mordiendo tu labio inferior a modo de firma. Libero tus manos y las fijaciones a las patas de la cama. Tan solo dejo las cuerdas anudadas en tus tobillos, que parecen unas toscas esclavas. Voy por algo de bebida para los dos. Permaneces tumbada, recuperandote en la cama encharcada con tus fluidos. Una frase resuena en mi cabeza: 'Esto aún no ha acabado...' |
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Será que puedo seguir leyéndote mañana? Casi no puedo respirar, casi no acabo de leer! Así crea un poco de expectación, espero que os guste también el segundo asalto, porque a mi personalmente me encanta 
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 Tu espera, espera... que aún hay más P.D. Es que a esto como le cojas el 'puntooooo', envicia, te lo aseguro.
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Será que puedo seguir leyéndote mañana? Casi no puedo respirar, casi no acabo de leer! NLCA
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Mañana, segundo asalto, que era mucho para escribirlo todo seguido. Besos, y duerme bien P.D. Si ves que te desvelas, haz lo que yo... eeeerrr, ahem ahem, contar ovejitas
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