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Me gusta cuando dominas
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Me gusta cuando dominas Sales de la ducha ataviada tan solo con un albornoz y una toalla, que envuelve tu pelo (recuerdas a Amy Whinehouse y sus gigantescos moños recogidos). Dado que me duché antes, espero en el salón sentado en una silla, desnudo a excepción de mi sempiterna mantita enrollada a la cintura. Entras en el salón con tus maravillosos pies descalzos, algo húmedos todavía, dejando esbozos de huellas en el suelo mientras caminas. Vienes 'a mi vera' y sueltas tu pelo para secártelo mejor. Mientras estas en ello, dejas caer de vez en cuando tu húmeda melena por mi espalda, lo que me provoca escalofríos. Giro la cabeza con mirada intimidatoria y veo tu majestuosa estampa: Un pie apoyado en el sillón, que abre el albornoz mostrando tu precioso muslo. Me miras de reojo y acomodas el albornoz, dejando que se deslice hasta dejar también tu hombro descubierto. Te acabas de secar el pelo, te pones en frente de mi silla y posas un pie con gesto altivo en ella, justo entre mis piernas. Te agachas y te secas el pelo, y dejando caer tu albornoz un trecho más, para que pueda entrever uno de tus bonitos pechos. Cuando terminas, sales del salón y te oigo dirigirte a la habitación, supongo que a vestirte. Hasta el momento, tu mirada ha sido fria y acerada, lo que me da una idea de tus intenciones. Entras de nuevo en la habitación ataviada todavía con el albornoz. El pelo cepillado y algo mojado, cae como una cortina ocultando la mayor parte de tus facciones. Paseas hasta mi silla y te colocas detrás. Coges mis manos y noto como las atas al respaldo (debías traer escondidas las cuerdas en las mangas del albornoz). Me rodeas hasta estar al frente y me miras. Con una mano tomas mi mentón y elevas mi rostro para besarlo desde arriba, y me pellizcas suavemente un pezón al mismo tiempo. Te pones en cuclillas y atas parsimoniosamente cada una de mis piernas a sendas patas de la silla. Giras mi silla para colocarme frente al chaise-longue, y acto seguido te sientas cómodamente en el frente a mi. Posas uno de tus pies en el borde de la silla que ocupo, tentadoramente cerca de uno de mis muslos. Subes la otra y la apoyas en el sofá. Te muerdes seductoramente la punta del dedo índice de una mano y posas la otra en el muslo. Jugueteas abriendo y cerrando lentamente tu pierna flexionada con mirada felina. A cada apertura, me dejas ver tu coño a través de la apertura del albornoz, recién depilado antes de salir del baño. Me clavas la mirada y la mano en tu muslo se desliza sensualmente hasta llegar a tu sexo. Pasas un rato acariciando suavemente su contorno, constatando su suavidad, hasta que abruptamente le das dos sonoros palmetazos. Te miro a la cara, y noto tu mirada dura. Pasesas la punta de la lengua por tus labios haciendo círculos, relamiendote. Mientras, el empeine de tu pie comienza a sobar mi muslo, introduciendose cada vez más dentro de la manta. Cuando llegas a mi pene, posas suavemente tu pie en el y lo mueves arriba y abajo lentamente, comprimiendolo ligeramente. Mi pene aumenta de tamaño bajo la tutela de tus sugerentes caricias. Recorres con la planta toda su extensión, intentando pellizcar el glande con los dedos cada vez que tu pie sube. Comienzo a gemir y te muerdes un labio. Sin dejar de mirarme, comienzas a masturbarte al mismo ritmo que acaricias mi pene con tu pie. Al poco tiempo cierras los ojos y gimes también, lo que sube mi excitación enteros. Cuando tus gemidos se hacen más notorios, no aguanto más y comienzo a correrme como si tuviese un volcán entre las piernas, encharcando tu pie, mi vientre y la manta. Notar la calidez de mi semen sobre tu pie ha debido excitarte bastante, porque al poco lo incrustas fuertemente contra mi pene y aprisionando con sus dedos mi glande. Noto un soportable, pero excitante dolor. Das paso a un largo gemido que se prolonga en el tiempo con la llegada de tu orgasmo. Siento tus temblores llegar a tu pie en mi pene, lo que sube mi excitación un punto más, haciendome ver el cielo. Cuando te recuperas, te agachas frente a mi, me despojas de la manta y apartando los 'faldones' del albornoz, desatas mis piernas. Te levantas y vas a buscar algo: traes el plugin anal. Es de metal cromado con forma de 'As de picas' y una base plana para que no se 'cuele' hacia adentro, De suposiciones está el mundo hecho, e intuyo al desatarme las piernas donde va a acabar alojado. Fallo estrepitosamente, sorprendiendome sobremanera, cuando veo que lo insertas poco a poco en tu culo. Cuando acabas, masturbas rápidamente mi pene con cara de vicio para endurecerlo, te das media vuelta, te subes a las guardas de la silla y apoyas tus manos en mis rodillas para empalarte poco a poco de espaldas a mi. Puedo ver el disco de metal haciendo las veces de tapón en tu hermoso culo mientras bajas. Cuando te empalas, puedo sentir la dureza del plugin a través del escaso trecho de carne que le separa de mi pene, lo que me da una idea de lo qué estarás sintiendo tu. Comienzas a cabalgarme y siento más fricción que de costumbre al tener el pene más comprimido de lo habitual. Cuando tu cabalgada arrecia, el frio metal de su base toca mi piel, añadiendo un estímulo más al juego. Tu sexo está tan húmedo, que noto como mi pene se satura de los cálidos fluidos provenientes de el, y gotean hacia mis testículos. Antes de lo esperado, tus dedos se clavan en mis muslos, oigo como la letania de un gemido gutural va tomando consistencia y siento las fortísimas contracciones de tu vagina que comprimen mi pene. Estallas en un orgasmo electrizante y disfruto de la visión de tu espalda arqueada con la cara mirando hacia arriba mientras gritas. Te derrumbas de espaldas sobre mi pecho y beso suavemente tu cuello mientras recobras la respiración. Te levantas y despojas del plugin anal, sentandote encima de mi, de frente. Me incrustas la cabeza entre los pechos y alargas los brazos hacia el respaldo para desatar mis manos. Cuando las liberas las coges por las muñecas y las depositas en tu cintura, apoyas tu barbilla sobre mi cabeza y me abrazas recostando la tuya encima de la mía. Mmmmmmm.... me gusta cuando dominas |
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Ya lo sé!! jajaja Te lo decía porque imagine tu cara de sorpresa al ver que le dildo ESTA VEZ fue para ella y no para ti, Eso es lo que me hizo gracia  Desde hace muuuucho tiempo sé que te gusta que tu chica juegue contigo con "cositas".  Lo disfruta mucho, ¿sabes?, pero es que a ella le vuelve loca
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3/11/2014 12:11 pm |
Es que no entra dentro de lo inimaginable De todos modos te digo, que no me disgusta que juegue con cosas asi, es una sensación agradable y muyyyy morbosa cuando te lo hace una mujer Te lo decía porque imagine tu cara de sorpresa al ver que le dildo ESTA VEZ fue para ella y no para ti, Eso es lo que me hizo gracia Desde hace muuuucho tiempo sé que te gusta que tu chica juegue contigo con "cositas". Mi blog: dulce69692008
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Uffffffffffff. la humedad se sintió... Acá también! Deduzco que te ha gustado Un beso
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Es lo mejor, una pizca de esto, otra de lo otro... y bien rico que sabe Saludos tb para ti
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Me encantan los dos papeles, te lo aseguro
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Uffffffffffff. la humedad se sintió... Acá también! NLCA
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Excitante! Qué relación más bonita y buena tenéis...  Me hico gracia eso de que te pensabas que el dildo anal era para ti, jaja De todos modos te digo, que no me disgusta que juegue con cosas asi, es una sensación agradable y muyyyy morbosa cuando te lo hace una mujer
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3/10/2014 1:01 pm |
Excitante! Qué relación más bonita y buena tenéis... Me hico gracia eso de que te pensabas que el dildo anal era para ti, jaja Mi blog: dulce69692008
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