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Algunas dudas.  

Lola4176 47F  
256 posts
4/16/2018 10:42 am

Last Read:
7/29/2018 8:12 am

Algunas dudas.


Nunca me había fijado en lo atractivo que era el profesor de Mitología y ahora que me había dado cuenta no podía dejar de observarle. Desde mi asiento parecía alto aunque nunca había estado lo suficientemente cerca de él como para poder corroborarlo. Aquellas canas le daban cierto aire interesante. Llevaba unos vaqueros desgastados y una chaqueta americana, debajo de ella se vislumbraba una camiseta negra de algodón. No alcanzaba a ver sus zapatos aunque desde la grada me parecía que eran botas, o botines tal vez.

- ¿Qué estás pensando, Lolita? - preguntó Susana sacándome de mis pensamientos.
- ¡Nada! - contesté sobresaltada.
- Jajaja, no te lo crees ni tú. A mí no me engañas.
- ¿Te habías fijado alguna vez en este tipo? ¿No te resulta atractivo?
- ¡Ay dios, Lola! Jajajaja... ¿quieres nuevas aventuras, eh?

Y ambas nos echamos a reír.

Cada uno de los alumnos, al pasar por delante de él, se despedían y le sonreían. Él respondía con un “hasta luego” y les devolvía la sonrisa. Al ir acercándome pude comprobar que efectivamente se veía muy atractivo. Era alto aunque no tanto como Jorge, debería sacarme una cabeza y media. Tenía una barba incipiente que le daba aire de desaliñado pero su americana impoluta decía todo lo contrario. Tenía labios tímidamente carnosos que dejaban entrever una dentadura blanca y perfectamente alineada, aquello hacía que su sonrisa fuera perfecta. Empecé a notar mi timidez según me acercaba a la puerta pero de repente me salió el lado descarado y sin pensarlo dos veces le dije:
- Tal vez sería bueno tomar un café y que me explique alguna duda que tengo sobre la clase de hoy.

Aquello no se lo esperaba y me miró atónito.
- No suelo tomar café con mis alumnas.
- Bueno, tal vez es una norma que deba romper. Las excepciones hacen que la vida tenga más sabor – le dije con sonrisa coqueta.

No respondió. Sólo me observaba, al principio incrédulo pero después sonrió y mordió su labio inferior. Eso era una señal clara de que estaba dispuesto a jugar. Debía tener unos 45 años y empezaba a resultarme muy morboso y sexy que un hombre como él, seguramente casado, aceptara el juego con una alumna de 19 años como yo.
- Vamos, no se haga de rogar. Sabe que un café no hace mal a nadie. Será una exposición de dudas sobre la clase de hoy.
- ¿En la cafetería de la universidad? - preguntó después de tomarse unos segundos para pensarselo.

En realidad me apetecía exponerle mis dudas en un sitio más íntimo pero no era cuestión de parecer una desesperada.
- Me parece perfecto, Profesor Martín. ¿A qué hora?
- Los cafés suelen ser después de la comida, ¿no? - dijo sonriendo - ¿Qué tal te va a eso de las 4?
- Pues me va genial. A las 4 le veo en la cafetería. Hasta luego.
- Hasta luego....¿Lola?
- Exacto. Lola.

Sonreí y salí de la clase.

Susana me miraba con los ojos como platos.
- No me lo puedo creer. ¿Quieres ligarte al profe de Mitología?
- Jajajaja.... Tengo algunas dudas y quiero que me las resuelva – respondí guiñándole un ojo
- ¡Alucino! ¿Estás segura? Mira que es un profe de la uni.
- Ya sabes que soy impulsiva, Su, pero sí, me apetece ese café
- ¡Estás loca, tía!
- Así soy yo – contesté sonriendo.

Después de comer con Susana subí a mi habitación. Quería preparar esas supuestas dudas que me habían surgido en la clase.

A las cuatro en punto estaba en la puerta de la cafetería. El Profesor Martín ya estaba allí. Parecía algo nervioso, lo noté porque no paraba de mirar su reloj y después sus uñas.

- Hola de nuevo, Profesor Martín.
- Álex, puedes llamarme Álex – dijo sonriendo – Hola, Lola.

Y abriendo la puerta del local me invitó a pasar.

- Elige sitio, Lola. De momento hay muchas mesas vacías.
- Sí, aún es temprano. Vamos a esa del rincón - le contesté mordiéndome el labio.

Se mostró como un perfecto caballero y me apartó la silla para que me sentara. Todo eso era relativamente nuevo para mí, estaba acostumbrada a salir con chicos que para nada pensaban en la caballerosidad.

- Gracias, pero no era necesario.
- Sí, claro que es necesario. No hay que olvidar la formas y la educación es básica en la sociedad. Bueno, Lola, dime... ¿cuáles esas dudas que te han surgido?
- Vaya, así, de sopetón...¿no damos tiempo a pedir el café?
- Me gusta ser directo, como a ti, Lola. Porque no vas a decirme ahora que no lo eres, ¿verdad? Y me gusta que hayas sido así. Pero perfecto, pidamos ese café.

Se levantó de la mesa y fue hacia la barra. Aquellos vaqueros le marcaban el culo. Era una imagen bonita, pantalones ajustados marcando trasero bien puesto en su sitio.
Cuando el profesor volvió a la mesa me sorprendió mordiéndome el dedo índice mientras miraba su paquete absorta en pensamientos lascivos. Debió de darse cuenta porque sonrió. Rápidamente subí la mirada hasta su boca y entonces me puse nerviosa. Quité mi dedo de mi boca y sonreí.

- Me estoy dando cuenta de que no te he dicho cómo quería el café, Álex.
- Te lo he pedido con leche. Me ha dado la sensación de que te gusta así, una mezcla de sabor amargo con el neutro de la leche. ¿Te va bien?
- Perfecto. Y dos azucarillos, por favor. También me va el dulce – le contesté coqueteando claramente con él.

Puso los dos cafés sobre la mesa, volvió a la barra para coger un segundo sobre de azúcar y se sentó enfrente de mí. Me miraba fijamente, con una sonrisa a medio camino entre expectante y juguetona.

- Bueno, ¿vas a plantearme ya esas dudas? - me preguntó sin apartar sus ojos de mi mirada.
- Emmm.... sí, claro. A ver, con lo de la deidad, muerte y resurrección....esto, no tengo claro...
- Lola – dijo cortando mi titubeo – ¿seguro que tienes dudas? Nunca me lo ha parecido en lo que llevamos de trimestre. De hecho, tus trabajos de los mejores de la clase. ¿De verdad quieres hacerme creer que este es un encuentro puramente académico? Yo me inclino más por el morbo que se ve en tus pupilas, por los gestos de tu cuerpo que te delatan... y por las ganas que ambos tenemos de juntar nuestros labios... ¿me equivoco?
- Mmmm – sonreí mientras instintivamente me mordía el labio inferior – creo que no, que no te equivocas.... me das mucho morbo.
- ¿Desde cuándo?
- ¿Qué más da? Sólo sé que me pareces un tipo muy atractivo y apetecible. ¿Estás casado?
- No rompas el momento con preguntas innecesarias. ¿Importa si lo estoy? Lo que importa es que de repente hoy nos apetecemos y este no es un buen lugar para ese tipo de apetencias – dijo terminando de un sorbo su café. - Vámonos. Sé dónde ir.

El Profesor se levantó y yo hice lo mismo. Salimos de la cafetería sin hablar. Caminaba a su lado sin saber a dónde me llevaba. Entramos en el edificio sur del<b> campus. </font></b>Recorrimos un largo pasillo de baldosas blancas y se paró delante de una puerta cerrada. Había un cartel en la pared, al lado izquierdo de la puerta, “Departamento de Humanidades” ponía. Buscó las llaves en su bolsillo y abrió la puerta. Me dejó pasar primero. Había dos mesas de escritorio llenas de papeles y libros. Cada una tenía su flexo de color café, un monitor y un teclado. Detrás de ellas se encontraban unas sillas de ordenador con reposabrazos. Y pegadas a la pared había estanterías repletas de libros de distintos grosor. Dos alfombras feísimas soportaban el peso de cada una de las mesas.

Cerró la puerta con llave de nuevo, se volvió hacia mí, me cogió la cara con las dos manos y comenzó a besarme.

- Te deseo, Lola. Llevo sólo un par de horas deseándote pero te deseo de manera animal. Y te deseo aquí, ahora.
- Qué ímpetu, Profesor.
- Me pone mucho que me llames Profesor justo antes de follarte. Porque voy a follarte sobre la mesa de mi escritorio, lo sabes, ¿verdad, Lola?
- ¿A cuántas te has follado en ese escritorio?
- ¿Por quién me tomas? ¿No creerás que me voy follando a mis alumnas a diestro y siniestro?- dijo mientras me besaba el cuello.

Empezó a desabrochar los botones de mis vaqueros con cierta prisa. Me bajó los pantalones hasta las rodillas e hizo lo mismo con mi tanga, que empezaba a estar húmedo. Me cogió de la cintura y me puso sobre la superficie de su mesa. Me quitó las deportivas y los calcetines y comenzó a lamer mis pies. Después tiró de mis vaqueros y estos se deslizaron por mis piernas hasta caer al suelo. Se levantó mirándome fijamente, lleno de deseo. Cogió mis manos y las puso a la altura de mi cabeza y sacó mi camiseta con un movimiento limpio. Volvió a besar mi cuello mientras sus manos desabrochaban mi sujetador. Me quedé completamente desnuda, sentada en aquel escritorio, con las piernas abiertas y él entre medias de ellas. Deslicé su americana y al pasar por sus brazos pude comprobar lo formados que estaban. Me gustaban. Se percibían unos brazos fuertes, sexys. Su americana cayó al suelo cerca de mis vaqueros. Subí su camiseta de manga corta dejando entrever un vientre fibroso, con una linea delgada de vello oscuro bajando hasta su pubis. Él terminó de quitarse la camiseta y volvió a besarme. Aproveché para empezar a desabrochar sus pantalones y meter la mano en su paquete. Estaba dura. Acaricié la punta con mi dedo pulgar mientras la sujetaba con fuerza con el resto de la mano. Metí aún más la mano hasta llegar a sus huevos que empezaban a estar cargados. Él dejó de besar mi boca y bajó por mi pecho. Con una mano me estimulaba la teta derecha mientras que su lengua jugaba con el pezón de la izquierda. Lo rodeaba, lo succionaba, me chupaba la teta entera y aquello me hacía echar la cabeza hacia atrás y arquear la espalda. El profesor sabía cómo dar placer. Cambió de teta, se centró en la derecha haciendo exactamente los mismos movimientos con su lengua, húmeda y caliente. Con su otra mano estimulaba el pezón de la otra teta, apretándolo, poniéndolo más duro aún...
Siguió lamiendo mi cuerpo, mi vientre, mi ombligo.... Y separó un poco más mis piernas, mordisqueaba mi pubis mientras uno de sus dedos jugaba con mi clítoris. Después los sacó de allí pasó su lengua por mi raja. Entonces cogí su cabeza con ambas manos y me puse a juguetear con su pelo, lo enredaba, tiraba de él. Las ganas de tenerlo dentro iban en aumento así que empujé desde su nuca haciendo que su cara se hundiera entre mis jugos. Su lengua siguió recorriendo los labios de mi coño, haciendo que se mezclara su saliva con mi flujo, succionaba mi clítoris, mordisqueaba mi coño y yo enloquecía cada vez más. Se levantó y me bajó de la mesa. Me cogió de los hombros y me hizo agachar hasta la altura de su polla. Estaba erecta, dura, venosa y brillante. La agarraba con la mano derecha mientras con la izquierda me guiaba la cabeza hacia ella. Saqué mi lengua y él comenzó a mover su mano haciendo que su polla me diera toquecitos en ella.

- ¿Te gusta, Lola? - Su voz, llena de lujuria, salió a través de sus dientes apretados. Arrugaba su nariz mientras me hablaba - Cómeme la polla entera, hasta la garganta, Lola. Métetela toda en la boca. Oh,sí! Así, Lola.....

Yo engullía su polla hasta la base, una y otra vez, apretaba mis labios a su tronco, succionaba haciendo que mis mejillas se hundieran, jugueteaba con mi lengua dura recorriéndola entera y comenzaba a sentir su sabor. Comencé a dibujar círculos en su glande, la punta de mi lengua estaba dura. Con mi mano masajeaba sus huevos. Estaban llenos, cargados por el deseo que yo le provocaba y aquello hacía que me excitara mucho más.
Alcé mi mirada en busca de la suya y allí estaba, con sus ojos clavados en los míos, sus pupilas totalmente dilatadas captando cada fotograma de la imagen de mi boca comiéndole la polla.

- Oh dios, qué rico! Quiero follarte la boca

Y, mientras yo seguía en cuclillas, él comenzó a mover sus caderas embistiéndome la boca. Yo le sujeté del culo y seguía su ritmo, dentro y fuera, cada vez más rápido y frenético, haciendo que mi barbilla se topara de vez en cuando con sus huevos. De repente paró, sacó su polla de mi boca y se agachó a mi altura... Comenzó a besarme la boca mientras nos levantábamos lentamente. Cuando estuvimos de pie me dio la vuelta haciendo que mi vientre se chocara con el borde de su escritorio. Su boca empezó a pasear por mi cuello, dando pequeños mordiscos mientras mis manos se apoyaban en la mesa y mi culo buscaba su polla. Su miembro rozaba la parte baja de mi espalda y, a medida que él iba recorriendo mi piel con sus besos, se alejaba de tal manera que yo retrocedía más e iba en su búsqueda. Mi espalda quedó paralela al suelo, mi cabeza y mis pequeñas tetas sobre la mesa y su lengua saboreaba cada poro de mi piel hasta llegar a mis glúteos. Me dio una palmada en el culo, fuerte y sonora, y éste se tornó rosado allí donde fue depositada. Yo, instintivamente, abrí más las piernas y entonces volvió a sumergir su cara en mi coño pero esta vez desde atrás. Me daba lametones profundos, empapados en saliva, con la lengua ancha, receptiva a mis jugos. Metió su nariz entre mis glúteos y tocó con su punta mi ano mientras su lengua seguía con su juego lascivo en mi coño. Yo gemía cada vez más fuerte, comenzaba a resultarme bastante incontrolable el manejar mis jadeos. Entonces me sujetó por las caderas y se adentró en mi cavidad vaginal con su polla erecta.

- Álex, sin condón no, por favor.
- Tranquila, lo tengo puesto.

No sé en qué momento se lo puso, estaba tan absorta en mi placer que no me di cuenta de que se había enfundado un preservativo y, sinceramente, tampoco sabía si me decía la verdad. Quería creerle, pensar que de verdad me estaba follando con goma aunque no me paré a comprobarlo, estaba tan deseosa de sentir cómo me embestía que dejé de pensar en ello.
El profesor se movía lento, haciendo que sintiera cómo entraba dura hasta el final. Me sentía repleta de él. Me movía al ritmo que me marcaba. Levanté la cabeza de la mesa y entonces mis tetas quedaron colgando haciendo que los pezones rozaran la superficie lisa y suave del escritorio, bailaban con cada embestida y aquello me ponía mucho más caliente.
Álex agarraba con fuerza mis caderas y las traía hacia sí acelerando el ritmo de las penetraciones. Sus testículos chocaban cada vez más salvajes contra la parte baja de mis nalgas. Yo me sujetaba a la mesa, mordiendo mi labio, llena de placer, intentando que mis gemidos no traspasaran aquellas paredes. Giré mi cabeza y apenas pude ver la cara de mi profesor ruborizada por el esfuerzo, contraída por el placer. Apretaba los dientes y de vez en cuando dejaba escapar un “¡Oh, sí, Lola!” “¡Qué bueno!”, “Mmmm... ¿te gusta, Lola?”...

- No pare, profesor. Estoy a punto de correrme
- Córrete para mí, preciosa.
- Sí, no pares, no pares....
- Joder, Lola, eres deliciosa.
- Más fuerte, profesor. Más fuerte. Quiero sentirle dentro.
- Si sigues llamándome de usted mientras te follo me correré antes que tú.
- Me corro. ¡Oh sí! Mmmm.....Sí, sí, joder.......qué rico.
- Me falta poco, Lola....
- Córrase dentro de mí, Profesor Martín. Fólleme hasta correrse.
- Oooooohhhh.....sí, me corro, Lola. ¡Me corro!

Y tras dejarse ir se apoyó en mi espalda. Estaba sudoroso, agitado y respiraba profundamente.

- Joder, Lola...qué polvo!
- Sí, Álex. Ha sido un buen polvo.
- No creas que me follo a mis alumnas. Eres la primera – dijo mientras sacaba su polla de mi interior.
- ¿He de sentirme afortunada? - pregunté mientras me recogía el pelo como si me fuera a hacer una coleta.
- Jajajaja.... No. No lo digo por eso. Lo digo porque no quiero que pienses que mi “modus operandi” es ir seduciendo a jovencitas. Pero contigo ha sido imposible controlarlo. Apenas me dijiste lo del café esta mañana empecé a imaginarte desnuda, follándome, follándote...
- Mmmmm... ¿Y he cumplido tus expectativas? - Me puse de puntillas y le besé suavemente la boca.
- Sí, claro – Sonrió – Tal vez eres una Lolita de verdad.
- Tal vez – respondí con sonrisa pícara.

Comencé a buscar mi ropa y a vestirme después. Él hizo lo mismo.

- Imagino que no debo pedirte discreción con esto que acaba de suceder en el despacho, ¿no?
- ¿Por quién me toma, Profesor Martín? - sonreí – Lo que ha pasado en este despacho se queda en este despacho. No tengo interés en que nadie más sepa de este polvo.
- Bien, me alegro.
- Y yo también. Folla usted muy bien. - Junté mis dedos índice y corazón, los besé y los posé sobre sus labios mientras salía del despacho.
- Lola....
- Hasta mañana, Profesor.

Y me fui, caminando segura y sabiendo que el contoneo de mis caderas y el baile de mi culo estaba siendo objeto de su mirada.

Lola4176


titiboy222 46M
16 posts
5/19/2018 7:15 am

así me gusta una alumna aplicada con las clases extraescolares jajajaj


nifepum 55M

4/19/2018 2:34 am

Buen polvo, si señora. Es un relato sensual y con un morbo sencillo pero contundente, me ha excitado.
gracias Lola


Lola4176 47F  
125 posts
4/17/2018 4:12 am

Muchas gracias por vuestros comentarios y vuestros "me gusta", me hacen tener más ganas de escribir el siguiente relato
Besines, guap@s!!

Lola4176


Nikita6699 42F  
2941 posts
4/17/2018 3:32 am

uff que calor... dudas resueltas ...
una Lolita en toda regla saludos

Nada es lo que parece...


xic0_taytant0s 52M
1752 posts
4/17/2018 2:01 am

A probaste con nota, claro...


Vehoeter69 54M

4/17/2018 1:09 am

siempre es un placer leerte y excitante...
me encanta la mitología
mil besossssssssss


imtroberto 59M
1729 posts
4/16/2018 1:50 pm

¡Muchas gracias Lola por compartir, nuevamente, un estupendo relato!
Lo que se han perdido Cifu&Casado&Compañía no yendo a clase...


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