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EL TAXISTA LUJURIOSO  

xtreyaa 51T
110 posts
10/28/2020 8:52 pm
EL TAXISTA LUJURIOSO

Sentí que despertaba de su letargo una macana gruesa y tiesa se formaba en mis manos…

Cuando estamos en la fiesta entre amigos y el ambiente es de maravilla, el<b> alcohol </font></b>es un fiel aliado de la diversión. El reloj marcaba las 2 am y colocaban música de esas que aburren, una forma indirecta de decirte, ya término puedes irte.

Éramos cinco personas que habíamos quedado esa noche, no teníamos carro, para irnos, decidimos usar un taxi y que nos fuera dejando a cada uno. Yo era la única sin pareja del grupo, mis amigos estaban en pareja (Hombre-Mujer)

Cuando entramos en el taxi pude ver un señor de unos 50 años, parecía argentino su acento para hablar el español, blanco, ojos azules, barba delineada, con algunas canas y cuidada con algo de barriga, aunque no grande. Acordamos en hacer tres paradas, yo al final

Empecé a bromear, que todos se iban a tener sexo. Que tenía tiempo sin nada de nada y me iba a caer telaraña. Bromas que solo se hacen cuando las copas están haciendo efecto. El taxista solo reía con mis bromas. Llegamos al destino de cada uno y me despedí de mis amigos partiendo hacia mi casa.

Le pillé mirándome por el retrovisor mis piernas y luego se tocaba sobre el pantalón su paquete, entendí la señal y con unas copas avanzadas no tarde en comentar
—Que malo es pasar tanto tiempo sin sexo y más es cuando sabes que todos tendrían una noche de pasión menos yo.
—Bueno… veo no soy el único, mi mujer lleva tres meses sin aflojarme, porque con unas copas de más, provoque sus celos enfermizos y está viviendo por los momentos en casa de mis suegros.

En el trayecto no paraba de hablar y desahogaba los problemas que tenía con su esposa, las fantasías que tenía para que le hicieran un oral, porque su mujer por los perjuicios religiosos ni tocarle el tema, y después de unas cuantas cuadras me llevo por una callecita llena de cafés y bares muy simpáticos y terminamos en uno de luz y música suave.
—No sé por qué me encuentro tan nervioso---dijo----: Que placer conocerte--- Tomo caballerosamente la silla para obsequiarme el asiento
—El placer es mío----conteste dándole un beso en la mejilla antes de sentarme

Se sonrojo tanto que no supe que hacer, Estaba nervioso, sus nervios se me contagiaron. Se le veía ansioso, pero no soltaba su sonrisa, que parecía sincera. Tomamos unas copas, estas ayudaron para calmar la situación y nos fuimos entre copas, intercambiando pláticas triviales como si fuéramos amigos de siempre. En una de las copas pase por la boquilla mi lengua y luego despacito saboree en mis labios el vino que restaba, y le mire a los ojos, sonrió y sus manos, no encontraba donde ponerlas parecía adolecente
—Qué tal si nos movemos de aquí y buscamos un refugio, aquí miran mucho, le propuse sonriendo y tomando su mano
—Me parece bien hay un lugar aquí cerca vamos— levantándose al mismo tiempo sin soltar mi mano iniciamos ruta

Llegamos al número de la habitación, en el camino se apodero el silencio no dijo ni palabra, pero realmente estaba muy cerca a unos escasos tres minutos del bar, así que mientras subía las escaleras resonaban mi tacón, el me miraba las piernas y el trasero cuando avanzaba, abrió la puerta y me invito a pasar, me eché un último vistazo en el espejo, retoqué mis labios y camine despacito a el que estaba sentado en una silla a un costado de la cama de la habitación
—Titubeante me dijo suspirando— Pues… ya estamos aquí----con una sonrisa
—Oh si!!! Y … solitos… ---conteste pícaramente y mojando mis labios
—La verdad es que ando nervioso —dijo como si le costara trabajo hilar las palabras.
—Sonreí---Se nota…no hay motivos para estar con nervios, no te va a doler …va ser muy…muy rico
—¿Cómo? —preguntó.
—Volví a sonreír--- ven--- le tome la mano y camine con él unos pasos cerca de la cama

Me excitaba su nerviosismo, sus rasgos ingenuos de no saber qué hacer. A pesar de ser un señor casado y con una edad de experiencia, Me explicó que era, según él, la primera vez que hacía “esto”. Algunos sienten la necesidad de justificar por qué acuden a una chica de mi género para calmarse la calentura, para saciar sus fantasías más sucias.

Se detuvo tomándome la cintura. Era alto gordito, un rasgo que lo hacía parecer un gigante, de esas escenas donde de verlo impacta su presencia. Entonces comencé a acariciarle la entrepierna por encima de la tela del pantalón. Contuvo una risita nerviosa y simplemente se dejó sobar
—Así, despacito —murmuró cerrando los ojos.

Mis manos sin prisa subían más y más, hasta sentir que despertaba de su letargo. Una macana gruesa y tiesa se formaba en mis manos, pujando bajo su pantalón. Le descorrí rápidamente la cremallera, le desabroché el cinturón y descubrí su paquete. Estaba bien armado y traía sensaciones acumuladas, una carne caliente y venosa que tensaba, en mis manos
—Wow —dije al verlo todito, así bien duro, un tamaño estándar pero grueso, como más me gusta, totalmente recto con una cabeza bien formadita

Volvió a ponerse colorado como jitomate, pero esta vez, era más su excitación que su nerviosismo. Agarré un preservativo, lo desempaqué con los dientes y se lo coloqué en la puntita de la verga.
—Ahora déjate llevar —dije antes de bajarle la goma con la lengua y el paladar. Se deslizaba mi boca poco a poco hasta la base, ahí me detuve un poco a lengüetear por dentro----El serrando los ojos exhalaba una “A” ---intensa de placer
—Ven--- Dijo de pronto tomando la iniciativa

Me dio la vuelta y me puso boca abajo, me beso la nuca y la espalda mientras retiraba mi blusa, sus manos subieron mi falda y una de sus manos llego a mis nalgas, hizo a un lado mi tanga y su sabia lengua buscaba mi ano, yo estaba en las nubes, cuando sentí su humedad, me arquee y disfrute una sensación exquisita.

Me dijo ¿te gusta?, — yo sentía sus palabras en mi agujero… uy!!!…. su aliento me estremecía por la humedad en que me había dejado, apenas suspire y lanzándose me beso con toda pasión, sentía que me entraba la lengua y deseaba más, empezaba instintivamente a mover mis caderas en círculo y a levantarlas para sentir sus besos más profundos, sus manos acariciaban toda la región, ¡Mi miembro!, ¡La entrepierna!, ¡Mis nalgas! ¡¡¡Y el volcán hacia erupción!!!

Se acostó bocarriba y en diagonal. Por poco los pies se le salían de la cama. Me monté a horcajadas sobre su cadera y me despaché solita, inyectándome su tolete con mis manos. Entró de lleno. Lo sentí recorrer mis paredes anales, estrujando sus bolas jugosas contra mis nalgas.

Comencé a menearme, gimiendo y pellizcando sus pezones. Entonces estampó sus manotas en mis nalgas y las apretó muy rico, conteniendo el temblor que emitía por todo mi cuerpo con cada una de sus arremetidas. Arqueé la espalda y me aferré a su pecho para seguir batiendo mis caderas. Era riquísimo esa masa dura sentirla llenar todo mi hoyito
—Ay, no pares —gemí mordiéndome los labios sin contener la expresión de placer.
De los nervios pasó a la locura plena en cuestión de segundos. Me arponeó una última vez y desató su furia seminal, con los ojos torcidos de placer.
—¡Wow! —volví a decir cuando se sacó el condón y vi todo lo que había en él. Aparentemente había pasado tanto tiempo, que había sumado combustible extra.

Bueno chicos de la lectura cachonda…Recordar esto…ummm necesito….

Nos leemos en mi siguiente experiencia… xtreyaa




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