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Mi primer “Fellatio” extramatrimonial.  

vixentjstag 45M/43F
7 posts
1/22/2021 4:41 pm
Mi primer “Fellatio” extramatrimonial.

Mi primer “Fellatio” extramatrimonial.
Hola, bueno me gustaría primero comentar que ya había publicado este relato en una antiguo perfil que antes teníamos.

Dicho esto empiezo con el relato: Me gusta y disfruto mucho el chupar un pene, si suena un poco vulgar y rudo, además que no es la conversación que tendrías en una cena familiar o con amigos, pero es la verdad, realmente me encanta realizar el “fellatio” a un hombre que me atraiga. Me gustan que los penes estén limpios, gruesos y duros, sentir el sabor y como la carne se va hinchando y creciendo llenándome la boca, gracias a mis estímulos orales, lamer todo el tronco y chupar las bolas. ¡Claro!, siempre que el afortunado caballero tenga su “paquete” limpio y rasurado, no soy como los gatos y realmente es molesto tener la sensación de un vello púbico atorado en la garganta, si voy a tener algo en mi garganta espero que sea un trozo de carne tibia y no un pelo hirsuto.
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Cuando era adolecente mi madre me comentó en una ocasión que tenía unos labios muy carnosos y que a los hombres les agradaba eso. (Gracias mamá, no entendía a que te referías en ese entonces, ¡ahora ya lo se!). Por su parte, mi esposo dice que soy una mamadora<b> natural </font></b>y creo que es verdad, me puedo pasar un buen rato chupando hasta que se me canse la boca o reciba la leche. Eso si, aunque disfruto gratamente el mamar, no me gusta la consistencia ni el sabor del semen, (se me hace parecido a la de la yema del huevo) ni que me forzen a mamar, (esto último tal vez solo si estamos jugando kinky si lo he hecho, pero eso si, conscientes de que es parte de un juego erótico). Además, mi esposo siempre a sido un caballero y si lo estoy chupando siempre me avisa cuando se va a correr (luego experimente que no todos los hombres tienen esa gentiliza y atención). Si he permitido que se vengan en mi rostro, inclusive en pocas ocasiones que lo hagan en mi boca si me avisan, esto para no tragármelos y poder escupirlos, la verdad es que no me gusta que se vengan en mi garganta, por más que el porno quiera enseñar que a las chicas nos gusta eso, la verdad es que hay algunas mujeres como yo que somos intolerantes a la “lactosa”.

Por el contrario me prende mucho y me excita ver como un hombre se derrama y mucho más cuando siento como lo hace dentro de mi vagina. Aunque a decir verdad no he succionado muchos penes. Hasta el día de hoy tan solo a cinco hombres (aparte de mi marido) desde que estoy casada.

Hoy quiero contar la primera vez que practique el sexo oral con otro hombre fuera de mi matrimonio. Todo ocurrió hace unos años, mi esposo ya tenía tiempo insistiéndome en invitar a otro hombre a compartir nuestro lecho. Para ser sincera, al principio no me sentía atraída a ese tipo de actividad sexual, (la costumbre y la moral juegan un peso muy fuerte en la vida sexual) pero bueno, poco a poco y ante la insistencia de mi esposo por varios años me fui abriendo un poco a ese otro mundo. Claro que si me iba a revolcar con alguien mas, sería con alguien que fuera de mi agrado, no con los amigos de mi esposo que él sugería.

Mi prospecto para el tercero en la cama fue un excompañero de un antiguo trabajo. Justo cuando empecé a salir de novia con el que sería mi esposo, había varios hombres y mujeres que me pretendían. El susodicho era uno de ellos, pero a diferencia de mis otros pretendientes, él me escribía cosas lindas, poemas no cursis, sino de corte mas erótico. Él pertenece a la comunidad artística, y ha desarrollado varias facetas en música y literatura de cierto éxito, por lo que no era un neófito en escribir. Mantuvimos contacto como conocidos en redes sociales por varios años, sencillamente saludos y pequeños comentarios, que aumentaron a un coqueteo conforme lo veíamos como nuestro tercero en la cama.

Quedé en una cita con él en un café, al ser la primera cita iría sola y vería la posibilidad de plantearle la propuesta del trio. Mi esposo se quedaría en casa cuidando a los niños. Me ayudó a escoger la ropa, lencería de encaje negro, vestido, medias y tacones del mismo color. Aunque yo pensaba que no iba a ocurrir nada, quería verme seductora y sensual. Es algo que me gusta cuando vamos a hacer “travesuras” con algún tercero, ser el centro de atención, el coquetear y dejar que me seduzcan. Como era temporada de invierno, llevaba medias gruesas y completas, no ligueros que me gustan mas usar para esas ocasiones junto con algún conjunto de ropa gótica para salir a bailar.

Me despedí de mi esposo con un beso y él me recordó que estuviera al pendiente del teléfono y que si me movía de lugar le avisara, ya sea llamándolo o enviando un mensaje, por ultimo me dijo que me amaba y que me cuidara, y bromeó diciéndome que como era la primera cita no se la fuera a mamar a mi amigo. -¿Ni siquiera un poquito?- Pregunte con una mirada picara. Mi esposo sólo sonrió.
Llegue algo tarde y molesta al café, porque mi esposo no puso gasolina al carro y luego había trafico, me molesta la impuntualidad, así que hice dos llamadas, la primera a mi amigo para avisarle de mi retraso -él amablemente dijo que no había problema por ello- y la segunda a mi marido para reclamarle no haber preparado el carro y que por eso llegaría un poco tarde a mi cita.

Ya en el café, estaba algo nerviosa porque las mesas estaban muy juntas y los otros comensales podían oír nuestra conversación que iba desde la frivolidad a cosas ya más de carácter sexual. Él me dijo que quería tener sexo conmigo, pero que era casada y que creía en el karma, de cualquier manera que preguntó si yo quería ser su amante “intelectual” (la verdad cuando mencionó eso yo me reí en mi interior, el tipo es buena onda, pero a veces peca de soberbio y ególatra) yo le comente que a nosotros nos gustaría tener un “menage a trois”, él dijo que ya había experimentado uno y que compartir a una mujer no era lo suyo. Me preguntó acerca de que opinaba mi marido de que hubiéramos salido, yo le dije que mi esposo sabía todo y que no había problema porque yo le contaba todo.

En fin, la platica continuo hasta que cerraron el café a las 10 de la noche. Me preguntó si quería seguir la velada en su apartamento que estaba cerca, a lo que conteste que si, como él no llevaba carro nos fuimos en el mío. Le avise a mi esposo que iría con mi amigo a su departamento y que le enviaría un mensaje o le marcaría para decirle cuando fuera a regresar a la casa. Me dijo que me cuidara y que me divirtiera.

El departamento de mi amigo estaba cerca, en una de las zonas con mayor plusvalía de la ciudad. Era de dos pisos, en el primero estaba la cochera y en el segundo había una terraza, como carecía de cortinas los vecinos podían ver lo que ocurriera en la sala, era algo austero y me comentó que apenas tenía poco que lo alquilaba. Me ofreció una copa de vino y pasamos a la recamara. Había un calentador, las luces estaba a medias, en un mueblecito a un lado de la cama había un paquete de condones y una pipa con hierba, mi amigo puso música, yo me recosté boca abajo sobre la cama y me quite los zapatos. Sin duda mi amigo había preparado un ambiente acogedor.

Seguimos platicando sobre sus proyectos de trabajo, yo seleccionaba la música cuando él puso una mano sobre mis nalgas y empezó a acariciarlas, yo voltee a verlo y le sonreí aprobando lo que acababa de hacer, deje que siguiera tocando y apretando mi trasero mientras conversábamos. Después de un rato me voltee y él se puso encima de mi y nos empezamos a besar. La verdad no conecte con sus besos, sería porque esperaba sentir mas emoción, o que sus labios eran muy delgados y a mi me gustan los labios gruesos, de cualquier forma seguimos reconociendo con las manos nuestros cuerpos acariciándonos.

Él comenzó a besarme y mordisquear también mi cuello mientras iba descendiendo hacia mi busto, -la verdad eso me excita bastante- mientras yo le sobaba el “paquete” que tenía en la entrepierna, me fue bajando algo el vestido y logró liberar uno de mis senos del brassier llevándose el pezón a su boca empezándolo a succionar y mordisquearlo un poco, mientras que con la otra mano apretaba mi seno que aun estaba dentro del sostén, asi estuvimos reconociendo nuestros cuerpos con caricias y besos.

Después de un rato nos separamos y volvimos a platicar, él agarró la pipa y empezó a fumar marihuana, me ofreció pero yo decline la oferta. Minutos más tarde agarre la pipa para empezarlo a acariciar con ella, se la pase por sus pectorales, se escuchaba la música de una banda de rock clásico psicodélico inglesa de los 70s, la música siempre a influido en mi animo, y hay ciertas canciones que me erotizan y desinhiben y la que sonaba justo en ese momento, más todo el ambiente tenía un efecto seductor en mi ánimo.

Mi amigo se quitó los pantalones y su ropa interior, recostándose sobre la cama a mi lado, ante mi se hallaba una verga semi erecta, circuncidada y gruesa, el tamaño era promedio, se parecía a la de mi esposo, solo que mi amigo era lampiño de su zona intima o estaba completamente rasurado, pero lo que destacaban eran sus testículos, eran grandes, como aguacates medianos, seguramente llenos de leche, (recuerdo que la palabra aguacate en náhuatl significa precisamente testículo) acerque mi rostro a todo aquello, olía rico, mi mano se me apoderó de esa deliciosa verga y comencé a pajearlo, sentía como su carne tibia se iba hinchando y creciendo, su glande entre rosada y violáceo se veía muy apetecible y yo ya tenía ganas de probar ese capullo, el tronco y esas enormes bolas.

Sin que él lo pidiera me dispuse a realizarle un buen “fellatio”, primero puse la punta de mi lengua justo en el “meatus” de la cabeza de su pene al que ya le había salido una gota de su liquido transparente, ya no me podía resistir, el deseo se apoderó de mi, haciendo que mis labios besaran la cabeza del pene de mi amigo, colocándolos delicadamente sobre esa piel tan sensible, mi lengua empezó a dar vueltas lentamente alrededor de la glande y empecé a escuchar como mi amigo comenzó a emitir pequeños gemidos de placer.

Yo quería gozar de ese rico falo que tenía delante de mi, asi que mis labios y lengua se ocuparon en recorrer ese tronco desde la cabeza hasta la raíz. ¡Oh! Sus huevos eran tan grandes que no pude llevarme los dos al mismo tiempo a la boca como yo quería, sencillamente no me cabían juntos en mi paladar, asi que mejor me dedique a lamerlos y besarlos, luego me ocupe de un sólo testículo, lo chupe y succione con mi boca, al mismo tiempo que con mi lengua le daba vueltas dentro de mi boca, tanto mi amigo como yo estábamos disfrutando mucho, él en recibir placer y yo en darlo, sus bolas estaban muy ricas la verdad, si bien con los besos que nos habíamos dado no conecte con él, el chuparle sus testículos fue totalmente diferente, me gustaba y daba placer hacerlo.

Luego me ocupe el otro huevo, al mismo tiempo que con la mano acariciaba levemente su verga que ya estaba dura, cosa que me encanta, me prenden las vergas duras. Estaba yo lamiendo el perineo de mi amigo cuando mi celular vibró, seguramente era un mensaje de mi esposo, pero no iba a parar lo que estaba haciendo para revisarlo, igualmente si me hubiera marcado lo habría ignorado, en ese momento solo quería disfrutar de esa verga jugosa que tenía delante de mi en todo su esplendor; gruesa y goteando, le sonreí a mi amigo mientras que mi boca capturaba su exquisito pito, el que iba desapareciendo conforme lo deslizaba por mi boca hasta mi garganta, mis labios llegaron hasta la raíz y chocaron con su pelvis, en esa posición alcance a sacar un poco la punta de mi la lengua para lamer sus bolas mientras sentía su carne tensa en mi garganta y el palpitar de sus venas que recorrían su pene, lo mantuve hasta el fondo lo mas que pude hasta que sentí que me faltaba el aire, al sacarla de mi boca su verga estaba cubierta de espuma y saliva, un hilo de esta mezcla quedo unido de mi boca a su verga que palpitaba de la emoción, yo también estaba emocionada, seguí dedicándome a mamar con mucha pasión ese falo erguido ante mi, como una ofrenda pagana al dios Príapo.

Los acordes psicodélicos de música de fondo me excitaban y me invitaban a dejarme llevar. Me encantó devorar toda esa verga, olía rico, con un sabor agradable, dulzón, su carne tibia se deslizaba fácilmente hasta mi garganta, a un ritmo continuo e intenso, sus manos recogieron mi pelo y se colocaron en mi cabeza para controlar el ritmo de la mamada, no me gusta que me obliguen a mamar, pero su actitud era más bien de control y no me moleste, porque los dos realmente estábamos disfrutando de la faena, él se estremecía y reaccionaba con gemidos de placer cada vez que lo devoraba, sus líquidos mezclados con mi saliva me escurrían por la comisura de los labios, yo también gemía de vez en cuando engullía esa verga que me sabía a gloria y que tan bien se acoplaba a mi boca y garganta, en algún momento perdí la noción si yo le estaba haciendo sexo oral o él me hacia un “face fuck”, la verdad, no me importó, solo estaba yo ahí disfrutando intensamente de la verga de otro hombre que no era mi esposo.

Tenía su pene hasta el fondo de mi garganta cuando se empezó a correr, me tomó totalmente por sorpresa, si bien sentí como su verga se tensaba mas, y las venas de su falo empezaron a palpitar más, pero como estoy acostumbrada a que mi esposo siempre me avisa cuando se va a venir, la eyaculación de mi amigo me tomo desprevenida, y sin poder negarme sentí como una marea de semen me inundó la garganta, parecía un tsunami de leche tibia, mi amigo se corría a chorros de leche espesa, me debí tragar la mitad de su eyaculación, sentía que me ahogaba, y él sin piedad hacia mi empujaba mas su verga para clavarla mas al fondo, (cosa imposible porque ya la tenía toda adentro) sentía sus últimos estresores de su pene, cuando logre separarme de él, aun traía la boca llena de la mezcla de su esperma con mi saliva y esta empezó a escaparse de mi boca, intente contenerla con la mano para no manchar la cama, pero fue inútil, necesitaba tomar aire con la boca y al abrirla la mezcla de su fecundo néctar y mi saliva se derramó entre los dedos de mi mano manchándome mi vestido y las sabanas de la cama. ¡Dios! Mi amigo había expulsado fácilmente como 7 o 8 veces la cantidad de semen que acostumbra tirar mi esposo, aunque realmente no lo se, porque sentí que me había tragado la mitad de su corrida.

Todavía con el semen escurriendo de mi boca y labios le comenté que mi esposo siempre me avisaba cuando estaba por venirse, a lo que él simplemente sonrió de manera maliciosa y se encogió de hombros como para hacerme entender que no se la había estado chupando a mi esposo, me recosté en su regazo, a un lado de esa verga que no se si definir si yo le había hecho una felación o si él me había cogido por la boca.

Estuvimos descansando y platicando un rato, llegue a pensar que mas tarde fornicaríamos, pero no fue asi. Asi que tomé el celular y le envié un mensaje a mi esposo que ya estaba por regresarme. Me despedí de mi amigo, algo raro, porque me pidió si podía llevarlo a casa de sus padres que vivían cerca. Accedí, el se vistió y yo acomode lo mejor que pude mi vestido que tenía una gran mancha de semen en uno de sus lados. Deje a mi amigo, despidiéndolo con un beso.

Al llegar a la casa me recibió mi esposo que estaba despierto y ansioso a que le contara lo que había ocurrido, lo bese. Él me preguntó -¿Se la mamaste?-, yo solo sonreí nerviosa y seguí besándolo, aun con el sabor de otro hombre en mis labios, y empecé a bajar, ya con intenciones de mamar otra verga esa noche, desabroche su bragueta y ahí estaba, la verga que había chupado por 15 años y se me la empecé a comer,
pero esa noche yo quería algo mas que mas que vergas en mi boca y comenzamos a tener sexo, mi marido me estuvo clavando hasta que me corrí dos veces, termine quedando dormida en los brazos de mi amado esposo. Él y yo no nos ponemos de acuerdo de cuando le dije lo que había hecho con el pene de mi amigo, yo digo que fue a la mañana siguiente y él dice que me tarde tres días en contarle lo que hice en el departamento con mi amigo.

Sobre este último, pues la verdad no tuvo mucha educación sexual (es decir no dio las gracias después de tener sexo). Ni me envió un mensaje para ver si había llegado bien a mi casa, ni uno de gracias por la velada. Luego nos los topamos un par de veces en eventos culturales, platicamos entre los tres, lo mas normal, acabo mi esposo ya sabía todo lo que había ocurrido esa noche.

Ya casi no platico con él, primero dejo la ciudad, y solo nos saludamos de vez en cuando en redes sociales. En realidad no se porque no terminamos follando esa noche. Como sea esa fue mi primera experiencia con otro hombre que no era mi esposo, cerca de un año después fue cuando realizamos nuestro primer Menage a Trois con un hombre que conocimos en un bar pero eso es ya otra historia.

Gracias por tomarse el tiempo de leer mi historia, que es verídica. Nota las fotos que acompañan el texto no de esa ocasión pues el no tomo fotos, pero si nuestras.

Saludos y esperamos sus comentarios.


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