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Confesiones de un mironcillo
 
Compartir como vivo mirar y ser mirado.
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Ying y yang
Posted:Dec 16, 2015 11:31 am
Last Updated:Feb 6, 2018 12:49 am
6891 Views
Después de ensalzar la excitante sensación que me produjo sentirme a tu merced, querría que experimentases otro tanto en tus propias carnes, así que dispuesto a ello, sufres un 'ataque' por la espalda nada mas cruzar el umbral de la puerta del salón.

Con un brazo rodeo tu cintura y te inmobilizo marcando un mordisco en tu cuello.
Cubro tu visión con un 'fular' de seda para que no puedas ver absolutamente nada.

Comienzo a desvestirte y cuando te quito la camiseta noto que la casa está aun por caldear o bien este juego te está motivando a juzgar por el reducido tamaño de tus pezones.

Cuando termino la operación, uno lus muñecas y antebrazos atandolos como estuvieses recibiendo un balón de voleibol. Dejo un trecho de cuerda para utilizarlo más tarde.

Fuerzo que te arrodilles y separo tus piernas hasta que tu coño casi toca el suelo. Ato tus tobillos en cruz con otra cuerda.
Te paso los brazos por encima de la cabeza, y uso la cuerda sobrante para unirlos a las ataduras en los tobillos, eso deja tus manos pegadas a la nuca.

Me separo un poco y contemplo 'la estampa':
Tienes los ojos vendados, respiras algo forzadamente y tienes la boca abierta formando un óvalo. El rubor en tus mejillas me parece tremendamente sexy.

El ligero arco hacia atrás que forma tu cuerpo hace que los pezones destaquen en tus erguidos pechos.

Que estés arrodillada en la alfombra con los muslos separados, deja que contemple perfectamente la separación de los labios de tu depilado coño: Delicioso.

Dirijo mi mirada hacia el 'kit' que he preparado:

-Un humilde plumero de limpiar el polvo.
-Dos pinzas de ropa a las que he forzado previamente abriéndolas en demasía, para disminuir la presión que ejercen.
-Una pequeña paleta de cocina, hecha completamente de madera.
-Un consolador con forma de pene de tamaño medio de vibración ajustable.

Pienso en elegir el plumero para empezar suave, pero la visión de tus pezones endurecidos hace que varíe mi decisión y escojo las pinzas.

Atrapo un pezón con cada pinza: Dada la poca presión que ejercen, coreas la colocación de cada una con un corto gemido y pareces aguantar su uso bastante bien.

Elijo el consolador con forma de pene, ajusto su vibración y te la acerco al oído para que puedas escuchar su zumbido.

Lo aplico a tus labios y tus intentos por atraparlo con la boca me provocan una punzada de excitación.

Acaricio con el tu mentón, cuello y llego hasta uno de los pechos martirizando su pinzado pezón.

Sigo por el vientre hasta llegar al coño, donde lo desplazo entre los labios vaginales con pequeñas paradas en el clítorix.

Cuando noto la vulba lo suficientemente húmeda, te penetro con el y lo apoyo en el suelo dejando que vibre dentro.

Noto como aumentas el ritmo respiratorio y te muerdes el labio inferior.

Cojo plumero y paleta y comienzo un juego perverso: paseo el plumero por distintas partes de tu anatomía provocando espasmos de placer, y salpico unos pocos golpes secos con la paleta en una de tus nalgas.

Me excita sobremanera el gemido de placer que profieres cada vez que sientes los inesperados golpes de la paleta.

La intensidad de vibración del consolador hace que te humedezcas rápidamente.

Boqueas buscando aire entre gemidos y pinto mis dedos índice y corazón con la humedad de tu coño, para dártela a probar. Chupas mis dedos con verdadero ansia y no tardo en sustituirlos por mi pene.

Golpea tus labios unas cuantas veces, antes de penetrar tu boca hasta el fondo.

Con la mano izquierda agarro las ataduras de tus manos y presiono tu cabeza contra mi: te follo lentamente la boca.

Mi pene se endurece al máximo, lo saco de tu boca, se le ve brillante y recorrido por gruesas venas.

Desato la unión entre manos y tobillos, ato tus manos al pomo de la puerta y te pongo a cuatro sobre el suelo.
Desato tus tobillos, separo tus piernas y te penetro hasta el fondo en un solo empellón.

Agarro tus caderas y te follo a buen ritmo mientras gimes 'como una perra' (en tus propias palabras )

Subo el ritmo y cuando noto que andamos cerca del orgasmo, tiro de tu mentón con la mano izquierda para sentir el aire que expeles en los sonoros gemidos.

Cacheteo tu nalga con la otra mano, y te corres al fin entre estertores, que me excitan de tal manera que provocan un aumento de ritmo que hace que termine al poco.

Me retiro de ti y muerdo tu nalga, te quito las pinzas y te dejo atada al pomo de la puerta mientras voy por algo de beber para los dos.

Todavía cegada, te doy agua fría que bebes con premura.
Hago que un hilo de líquido helado resbale por tu cuerpo y veo como se te pone la piel de gallina mientras me llamas de todo menos bonito.

Te suelto e inmediatamente saltas agresivamente encima de mi terminando 'la pelea' en un beso salvaje.

Mmmmmmmmm, que vicio
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'Tenemos que volver más por allí'
Posted:Dec 15, 2015 11:18 am
Last Updated:Feb 6, 2018 12:50 am
6807 Views
Acabamos las compras habituales, camino a casa vemos una tienda Sex-shop nueva. Pasamos a curiosear qué catálogo de artículos tiene.

Nada más entrar, nos recibe un muestrario de lo que siempre he dado en llamar 'nabos de goma', bastante variadito: uno en concreto te sorprende (debe medir cerca del metro, y cuelga del techo para que se pueda observar bien su tamaño).
Curioseamos un poco y tras dar el ok a la tienda (la verdad es que está muy bien), salimos.

Se produce el efecto 'adolescente': cuando algo de índole sexual te impactaba, no parabas de hacer referencia a ello con chanzas durante un buen rato.

Llámame 'perspicaz', pero el que roces tus pechos contra mi espalda, que me sobetees el paquete sin venir a cuento y que cachetees mi culo cada vez que tienes oportunidad, me da a entender que te has puesto 'tontorrona'.

Nada mas pasar el umbral de la puerta te atizo un mordisco en el cuello por mala, que no hace más que encenderte más.
Tras meterme la mano en la bragueta y sobarme un poco, dices que vas a la cocina a poner dos cafés para ver si se te pasa el calentón.

Soy malo por naturaleza y antes de que llegues me he desvestido del todo, y poso en plan 'majo desnudo' en el sofá.

Veo ese brillo en tus ojos acompañado de la sonrisa lobuna que no augura nada 'bueno' mientras te desvistes tras dejar los cafés en la mesita.
Fijas tu mirada en el mueble y te acercas a recoger algo.

Llegados a este punto, tengo que explicar que en estos últimos tiempos practico haciendo varios tipos de nudo con unas cuerdas que compré, y he dejado uno 'de horca' en la repisa del mueble, que es lo que has ido a recoger.

Desapareces tras la puerta y te vas a la habitación. Cuando vuelves por el pasillo te oigo decir con voz firme que me tumbe en la alfombra boca arriba. Teniendo una ligera idea de lo que me espera, obedezco.

Apareces totalmente desnuda, vestida tan solo con un antifaz de negras plumas que cubre parcialmente tu rostro.
La cuerda que has cogido cuelga de tu mano haciendo oscilar el nudo de 'horca' en el aire.

Te acercas y te pones a horcajadas a la altura de mi estómago. Esa perspectiva me da buenas vistas del húmedo estado de tu coño.
Giras tu torso y 'enlazas' escroto y pene con el nudo de 'horca'. Tiras a una mano de la cuerda hasta que noto buena presión en mis partes.

El olor de tu coño me excita, y mi pene responde, pero al estar atrapado en el nudo, la presión de la sangre se incrementa y comienzo a notar tal presión que comienza a doler mínimamente.
Entre risas, levantas tus caderas un instante para que eche un vistazo: mi pene está ribeteado de gruesas venas y el glande luce un morado oscuro que reluce como si estuviese bruñido.

Todavía a horcajadas, atrapas mis brazos entre los muslos y pantorrillas y tu coño monta mi boca: Ordenas en tono tajante que te lo coma.
Huele y sabe delicioso, asi que me dedico a ello con energía, mientras pareces montarme como si de un 'rodeo' se tratase.
Estoy tan excitado que devoro tu sexo salvajemente mientras tiras de la cuerda suavemente castigándolo.

Con una de tus manos, presionas por la nuca mi cabeza contra tu coño, y mientras 'cabalgas' echas tu cabeza hacia atrás gimiendo como una loca.

No le doy un trato como el que suelo (caricias con lengua y labios progresivas), sino que lo devoro a chupetones que te hacen temblar como una hoja. De vez en cuando tensas la cuerda que aprisiona mi pene.

Te sobreviene un orgasmo salvaje que empapa todo mi rostro: coño y boca se hacen uno mientras estallas.

Te das la vuelta y liberas mi pene. Le das un par de enérgicas chupadas y lo despides mordiendo el lateral de su 'tronco'.

Te levantas y, entre risas, te alejas de puntillas hacia la puerta. Te apoyas en el quicio, y me miras diciendo: 'tenemos que volver más por allí'.

P.D. A ver si a la próxima me regala algo así, que lo he visto por ahí y tiene que molar
2 Comments
Sus traviesos piececitos y el rosadito tesoro
Posted:Dec 13, 2015 7:30 am
Last Updated:Mar 20, 2020 2:47 pm
7004 Views
Buenas adultistas.

Me ha encantado esta semana de vacaciones que he tenido, donde he disfrutado muuuuuuuuucho del tiempo libre.

Esta semana he podido disfrutar de todo lo que me encanta, y cuando digo todo, es todo, incluso una cena con un evento que a mi me vuelve loco que me hagan.

Quien me conozca, lo sabe, que una mujer me acaricie sensualmente la pierna bajo la mesa con uno de sus pies, ouuuuuuuuuuuuf, placer indescriptible.

Como no tengo instantánea del momento (imposible por otro lado), lo ilustro con una foto googlera.

Mas tarde, ya en casa, premié a mi churri encendiendola y haciendola acabar varias veces del modo que ilustro con la segunda.

Os digo desde ya que me entró tanto hambre que no ha habido dia que no haya desgustado su 'plato' desde el martes... mmmm, que rico está y que hambre de el tenía, leche

Besos

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Esos edredones, aissss
Posted:Dec 8, 2015 6:20 am
Last Updated:Dec 13, 2015 1:19 pm
6964 Views
Hace frío: mucho.

Tenemos que ver la 'caja tonta' tumbados en el sofá bajo un edredón en lugar de una manta.

Nos disponemos uno frente al otro compartiéndolo y las piernas de ambos quedan prácticamente encajados bajo la espalda del otro.

Nuestros sexos también deben andar próximos, aunque no noto contacto.
Siento tu cercanía, la tibiedad de tu cuerpo; los movimientos /#39;acomodatorios' de tus pies están comenzando a excitarme y se que lo notas, porque mi pene crece y roza tu sexo.

Sentirlo tan cerca te pone juguetona y situas tu pie derecho pisando mi pecho, comenzando sus traviesos dedos a juguetear con uno de mis pezones.

La reacción inmediata de mi pene es que se endurece pulsando, y cada uno de sus 'latidos' golpetea tu coño, que noto como 'va cogiendo temperatura'.

Mis manos se sumergen bajo el edredón e insertan mi pene dentro de ti: no hay movimiento, pero puedo sentir la calidez de tu vagina 'calarlo'.

Acercas el lateral de tu pie a mi boca y lo beso suavemente, tu otro pie 'soba' el lateral de mi torso y noto como acomodas mejor el pene dentro de ti con una mano.

Tu cara es un poema de lujuria y comienzas a masturbarte. Tus movimientos rozan mi pene al tiempo que te estimulan y contribuyo mostrándote la lengua jugueteando en mi boca, que se que te excita sobremanera.

Vuelves a ofrecerme el pie y chupo con fuerza su dedo gordo. Segun te vas excitándo más y más, tu pelvis acompasa los movimientos de tu masturbatoria mano y consiguen un mínimo movimiento del pene dentro de ti, que sigue pulsando.

El ritmo se acrecienta, liberas tu pie de mi boca y lo haces presionar mi mentón, que echa mi cabeza hacia atrás.

Los dedos de tu pie presionan mi cuello, mis manos agarran con fuerza tus muslos, cierras tus ojos, oigo tus gemidos reprimidos y haces que tu ritmo se vuelva diabólico.

Cuando noto que estás a punto de correrte, agarro tu pie y muerdo su cara interna mientras estallas.

Noto tu cadera temblar, contracciones en tu vagina y una calidez que la inunda que me confirma que has llegado a buen término.

Me encanta sentir esa calidez, me hace sentir en la gloria cuando todo acaba y seguimos viendo la 'caja tonta' con mi pene aún dentro de ti.

Dedicado a ti, preciosidad de cuerpo de infarto
1 comment
Mmmm. que suculento ;)
Posted:Dec 5, 2015 10:49 am
Last Updated:Dec 5, 2015 10:50 am
6692 Views
Estás tumbada de costado en la cama con la cabeza apoyada en un brazo.

Una de las piernas semiflexionada yace apoyada de lado en la cama y la otra planta el pie que queda semihundido en las sábanas.

Una mano se desliza entre las piernas y sus dedos se ocupan en acariciar suavemente los labios, entrada a la vagina y el círculo perfecto de tu ano.

Tu mirada se clava en mi ardiendo de deseo y me acerco lentamente mientras me deleito mirándote.
Ya muy cerca, me postro de rodillas perdiendo la visión de tu rostro.

Admiro como los suaves y expertos roces de tus dedos hinchan paulatinamente los labios de tu sexo, que va abriendo sus labios como los capullos de las flores saludan al sol naciente.

Los roces que proporcionas a tu ano han hecho que esté contraido y arrugado, lo que me llama poderosamente la atención.
Me acerco más y echo el aliento de mi respiración sobre esa zona, mientras tu sigues tu sensual jugueteo.

Decido unirme a la 'operación' y ahuso la lengua hasta dejar su punto en una parte ínfima: Comienzo a tantear la maraña de rugosos pliegues en los que se ha convertido tu ano y noto como te produce escalofríos de cuando en cuando.

Los noto más duros de lo que creía y completo lenta y suavemente el rugoso círculo una y otra vez.

Este acicate te hace gemir hondamente un par de veces, y finalmente intentas aumentar tu ritmo masturbatorio.
Actúo inmediatamente apartando suavemente tu mano y la sustituyo por la mía.

Ahora soy yo el que domina tu sexo:
- Paso los dedos entre sus pliegues de arriba a abajo masajeandolos suavemente.
- Cuando subo y paso cerca, rozo el capuchón del clítorix y le propino dos o tres toquecitos suaves con la yema del dedo índice.
- Cuando bajo, un dedo emula en la entrada a tu vagina, los mismos círculos que mi ávida lengua proporciona a tu ano.

Invierto la palma de la mano y penetro con dos dedos tu coño y al tiempo palmeteo suavemente el clítorix.

Penetro tu coño con la lengua e intento moverla dentro en círculos, pero tras unos pocos intentos semifallidos le doy un chupetón al clítorix y continuo follándolo con dos dedos.

Éstos penetran tu coño buscando las zonas más sensibles de tu vagina, fácilmente detectables por los respingos y respiraciones profundas que emites a su contacto.

Mientras tanto, propino un mordisco al muslo cercano y vuelvo a torturar con lengua y labios tu ano de modo más agresivo.

Emites mucho flujo que me empapa: los dedos, la boca, y más tarde una parte importante de mi rostro acaba bañado en tu esencia.

Cuando comienzas a cerrar las piernas debido a que estás próxima al orgasmo, las obligo a permanecer abiertas aplicando el peso de mi cuerpo en un muslo, e impidiendo al otro cerrarse con el brazo.

Arrecio mis estímulos y acabas pareciendo un pececillo fuera del agua, tembloroso y coleante mientras termino de llevarte de viaje a villa-orgasmo.

Mmmmm, que suculento
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Hoy voy a follarte, no a hacerte el amor
Posted:Nov 18, 2015 2:45 pm
Last Updated:Nov 30, 2016 4:55 am
5318 Views

Vienes con andar contoneante, erótismo puro.
Tu cuerpo está cubierto tan solo por una tela vaporosa (no podría llamarlo vestido), y tus pies descalzos clapetean tímidamente en las baldosas del suelo al acercarte.

Me traspasas con la mirada y haces caer lentamente 'la tela' hasta los tobillos para mostrarte sin pudor, regalándome una visión deliciosa.
Te acercas más y me clavas la mirada cuando me muerdes suavemente el labio inferior.

Agarro firmemente tus muñecas y te las pego a la espalda: te beso duro.
Te agarro por el pelo y fuerzo tu cabeza a caer hacia atrás: muerdo el lateral de tu cuello y te respiro al oido con un sonido gutural.

Tu respiración se altera, se te eriza la piel y siento que tus pezones se endurecen paulatinamente contra mi cuerpo.
Mi mano traviesa explora tu coño: paso los dedos entre sus labios y se empapan de la humedad que destila.
Te hago mirar mientras cato con rictus impertérrito tu sabor, chupándome los dedos.

Te volteo y pego tu espalda a mi pecho, colmo tus pechos con mis manos y los magreo pellizcandote los pezones.
Froto mi pene entre tus glúteos y sientes como se endurece; tu mueves el culo arriba y abajo ligeramente, masajeándolo.
Vuelves la cara y veo tu mirada encendida, y como te relames para excitarme aún mas.

Te volteo de nuevo y cojo tu cabeza entre ambas manos, te fuerzo a arrodillarte delante de mi.
Guio tu cabeza hasta que tu boca alberga mi pene y la follo a buen ritmo, sin penetrar demasiado profundamente.

Después de un rato; mis manos se aferran a tu pelo, comienzan los primeros estertores y agarras mis glúteos con ambas manos para tragar mi pene por completo (haces intención de tragarlo unas cuantas veces y la sensación es muy excitante).

Cuando notas que estoy a punto de correrme, lo sacas de tu boca golpeándo con la lengua bajo el frenillo, hasta que exploto bañándo de semen tu barbilla, cuello y pecho.
Te miro de nuevo y te relames mientras ries: es una visión particularmente erótica.

Te pongo a cuatro y maniato tus manos con un fular al cabecero de la cama.
Bajo tu torso hasta el colchón y dejo tus rodillas apoyadas, para dejar tu hermoso coño en alto.
Está depilado, sus labios hinchados, húmedo y deseoso de atenciones: le hinco la boca desde atrás, sorbiéndo con energía.

Me agarro a tu cintura con ambas manos y entierro mi rostro por completo en ti, degustándo tu coño a placer mientras te deshaces en gemidos.
Mis labios besan, chupan, sorben; mi lengua vaga enterrandose entre los pliegues de tu coño y acariciandote el ano: tus gemidos toman una nota suplicante.

Entonces te penetro y te follo al ritmo más alto posible, aprovechando que tardaré en volver a tener un orgasmo.

Cierras los ojos y alternas respiraciones forzadas con fuertes gemidos y gritos: tu rostro se enrojece paulatinamente hasta adoptar un fuerte color bermellón.
No ceso el ritmo y la humedad de tu coño comienza a desbordarlo: mi pene chorrea húmedo cada vez que sale de tu cálido rincón.

Tienes un orgasmo, pero no cejo en mis embestidas, aumento tu estimulación masajeando circularmente con un pulgar el ano (lo que te vuelve loca).

Tienes otro orgasmo y finalmente noto que también llego: libero tu coño y descargo un cálido chorretón sobre tus riñones.

Tras acabar, sigues inmóvil en la misma postura mientras recompones tu respiración: aprovecho para propinarte un mordisco en un glúteo y un fuerte cachete en el otro antes de salir de la habitación.
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Amiga mía: me encanta follar contigo
Posted:Nov 2, 2015 2:01 pm
Last Updated:Nov 8, 2015 11:10 pm
5411 Views
Posees esa conformación de ojos que hacen que de lejos parezcan redondos aun siendo rasgados en las distancias cortas.
La nariz aguileña, aun no siendo de tamaño excesivo, destaca en tu cara por lo peculiar.
Los incisivos liegeramente salientes, resaltan unos labios carnosos y apetecibles.
Media melena lisa de rubio níveo, teñido al efecto, de aspecto agradable y sedoso.
Tu rostro almendrado armoniza con los demás rasgos de tu cara, a todas luces hermosa y desde luego poco común.
Mención aparte tiene tu sonrisa, que ilumina tu cara de un modo especial, haciendo que resplandezcas.
Tu simpatía, buen humor, conversación fluida e inteligencia te hacen más que interesante de tratar.

Pero es tu físico lo que tiene un efecto devastador en mi:
Piel blanca, tersa, perfectamente depilada, increíblemente suave, de olor y sabor muy agradables.
Cuerpo de estatura media, silueta de curvas suaves, sin excesos ni estridencias.
Pechos redondos de tamaño medio, con sugerente areola más oscura y pezones apuntando al frente desafiantes, duros y cálidos al contacto con la boca.
Cintura de curva suave, cadera sugerente que hace que el conjunto del cuerpo resulte armonioso.
Espalda de piel suave, anodinamente limpia de pecas y lunares; lumbares con graciosos hoyuelos que incitan al beso.
Cuenca pélvica y pubis totalmente depilados que llaman al contacto; coño de labios de mariposa, de sabor y suavidad inusuales.
Culo firme, redondo, al que siguen unas piernas de muslo torneado con gemelos desarrollados, aunque no tanto como para ser desagradables.
Pies de arco bonito, de graciosos dedos de uña pintada en negro. El roce de cada uno de ellos desemboca en interminables intercambios de mordiscos por todo el cuerpo.

Por orden de preferencia, las cinco 'actividades' que más me gusta compartir contigo :
- Cuando me montas a horcajadas, agarras con ambas manos mi cabeza entre tus muslos y montas mi boca restregándome el coño hasta correrte en ella.
- Cuando estás de rodillas con las manos esposadas a la espalda y los ojos vendados, y soy yo quien agarra tu cabeza para follarte la boca.
- Cuando me echo tus muslos sobre los hombros y te pongo cabeza abajo, abrazo tu cadera y sorbo tu indefenso coño a placer mientras devuelves cada ataque en mi falo con tu boca.
- Cuando te tumbas de espaldas, rodeas mi cintura con una pierna, agarro tu otro pie y muerdo su arco mientras magreo uno de tus pechos al follarte sin remisión.
- Cuando te pongo a cuatro, te penetro desde atrás embistiendo con fuerza y tiro con dos dedos de tu boca notando en ellos tus jadeos.

tantas cosas... en definitiva: amiga mía: me encanta follar contigo.
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Carreras... ¿qué carreras?
Posted:Oct 17, 2015 3:47 pm
Last Updated:Oct 18, 2015 6:41 am
5526 Views
Como cada domingo de carreras, me preparo para para poder ver la retransmisión de la Fórmula 1 cómodamente.
Me he preocupado de poder tener tiempo y verlo sin interrupciones (sin no se cuenta la miríada de anuncios que siempre las acompañan).
- Tareas por acabar: 0
- Niño controlado y durmiendo: SI
- Bebida: SI
- Tabaco: SI
- Vejiga: Vacía
- Edredón por si los fríos: SI

Perfecto, todo acondicionado para disfrutar de algo que me encanta ver desde que no levantaba más de tres palmos del suelo.
Me acuerdo de un coche de carreras amarillo de juguete que mi padre me regaló cuando enano (de esos que parecían puros), y también de mi héroe Emerson Fittipaldi, que por aquella época arrasaba (imaginaos la pila de años que hace y de paso echad cuentas de los que me van cayendo a mi ).

Te sientas a mi lado compartiendo el edredón, apoyas la cabeza contra mi pecho y me pasas un brazo por la cintura.
La carrera comienza con emoción: la salida ha sido embarullada, ha habido muchos cambios de posición e incluso un par de 'toques' entre coches que ha obligado a éstos a tener que ir a boxes: les tocara remontar después (los implicados de equipos punteros).

Supongo que notas el latido de mi corazón al emocionarme con los adelantamientos extremos.
Desplazas tu mano de la cintura a un sitio más cálido, y empiezas a magrearlo distraidamente, como quién no quiere la cosa.
No seré yo el que rompa la 'magia del momento'

Seguimos viendo la retransmisión: poco a poco se van aclarando los puestos y la emoción baja bastante... bastante para ellos, porque has empezado una lenta masturbación que hace que la mía 'vaya en alza'.
Comprimes mi pene con fuerza y cada lento 'bamboleo' hace que el edredón roce suavemente el glande.

Intento acariciar la mano con la que me masturbas, pero retiras mi mano con brusquedad con la tuya. Te acercas a mi oido y me dices:
'Estate quieto: es mía y ahora solo la toco yo'.
Sigues la frase con un ronco 'Mmmmmmmmm' que me eriza los pelos de la nuca. Debes notarlo de 'primera mano' , porque el tallo de mi pene comienza a 'pulsar' mini-contracciones.

A medida que se va decidiendo la carrera y se pone menos interesante, añades la sal y pimienta que faltan subiendo el ritmo masturbatorio, haciéndome notar tu respiración al oído y mordisqueándome el lóbulo.
Guias la mano que retiraste a tu entrepierna y la atrapas con los muslos, cerca de tu húmedo y cálido coño.
Me regalas otro 'Mmmmmmmm' que provoca que mi pene se endurezca aún más.

A esas alturas ya no veo coches, ni carrera, 'ni cristo que lo bendijo': cierro los ojos y me dedico a disfrutar de la deliciosa paja que me estás proporcionando.
Retiras el edredón con una pierna para dejar mi pene al aire y me sigues masturbando a un ritmo deliberadamente lento, lamiendome el cuello y diciéndome entre susurros lo mucho que te gusta sentir mi pene entre tus manos.

Lentamente, llego al orgasmo: lo siento profundo, desde dentro, el semen sale a borbotones pausados, desparramándose por el dorso de tu mano.
Cuando la eyaculación acaba, exprimes mi pene para escurrirlo y no dejar nada dentro.
Me dices al oido: 'Mmmmmmmm, me gusta sentirlo tan calentito en mi piel', y acto seguido te tumbas y te lo extiendes de pechos a bajo vientre.
Me resulta muy erótico ver como lo extiendes como si de crema hidratante se tratase. Remoloneas, te contorsionas sensualmente sobándote con una mano mientras te mordisqueas el dedo índice de la otra.

Me echo encima de ti y te doy un beso prolongado de agradecimiento que desemboca en risas cuando notas como pulsa todavía mi pene entre tus muslos.
Dices con voz muy suave: 'Mmmmm, fíjate, parece que nuestro amiguito no ha tenido suficiente'. Te arrodillas frente a mi y apoyas tus manos en mis muslos.

La cara de niña traviesa que pones, y la visión de tu cuerpo arrodillado en erótica postura, hace que el momento me ponga a cien de nuevo.
Dices: 'tu dedicate a ver la carrera, anda... que tu amigo y yo tenemos cosas pendientes.'

Apoyas las manos en mis muslos y comienzas una felación en la que tragas casi por completo mi pene, liberándolo lentamente dejando un rastro de brillante de saliva.
Algunas veces, siento tu lengua enroscarse alrededor del glande explorando juguetona todos sus recovecos, y como tu boca alberga mi pene en las profundidades de tu dulce boca.

No puedo más con este ritmo cadencioso: Me pongo en pie, agarro tu cabeza por el pelo con ambas manos y te follo la boca a buen ritmo.
Embisto duro, manteniendo cierto control para no llegar demasiado lejos y provocarte arcadas.

Clavas tus uñas en mis nalgas atrayéndome hacia ti y comprimes los labios alrededor de mi pene que hace que cada una de mis embestidas me proporcione un intenso placer.

Estoy a punto de correrme: te separas de mi, me clavas la mirada y sacas la lengua relamiéndote provocativamente.

Tengo un orgasmo espectacular: mi pene dispara un chorro de semen contra tu rostro que hace que cierres los ojos.
Cierras los ojos y recibes las siguientes 'réplicas' con una sonrisa en la cara ronroneando 'mmmmrrrrmmmm'.

Cuando acabo, abres los ojos y ries con ganas con la cara bañada en mi semilla (una visión tan erótica que aún me excita cuando la recuerdo).

Carreras... ¿qué carreras?
1 comment
A ti...
Posted:Oct 4, 2015 12:06 am
Last Updated:Oct 4, 2015 11:46 am
5313 Views
A ti:
mujer de ojos grandes y expresivos, en los que gusto hundirme sin preguntas ni motivos,
mujer de níveo y esbelto cuello, que sin dudar un instante beso, gusto y muerdo,
mujer de piel suave y fragante, de erguidos pechos desafiantes,
mujer de carnosos labios, que llevan los míos a buen puerto a diario,
mujer de torneadas piernas, de pie delicado, de caderas con las curvas que guían al pecado,
mujer de cálido pubis despejado, custodia de la fruta que lamo hasta el hartazgo,
a ti, de mortales diosa pagana, que gustas de las caricias de mi lengua y labios más que nada,
a ti, los ofrezco sin pero ni detalle, ni restricción alguna hasta que tu ardor acallen.

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Tardes veraniegas...
Posted:Sep 27, 2015 1:02 pm
Last Updated:Nov 30, 2016 4:55 am
3702 Views
Es una cálida tarde de verano muy luminosa y estamos en una terraza a la sombra, bebiendo unos refrescos.
Me hablas de esto y de aquello, pero el olor de tu piel provoca que mi mente divague hasta el punto de no escuchar ni una sola palabra de tu conversación.

Cuelo mi mano bajo tu falda y palpo la suavidad de la cara interna de tu muslo; pareces hacer caso omiso.
Rozo pausadamente tu muslo con el anverso de la mano un buen rato, hasta que me animo y acabo haciendolo con la palma, sintiendo la calidez de la piel, estrujándolo esporádicamente para entrecortar tu conversación y provocar ligeras contracciones en tus piernas.

Acerco mi mano hacia el nacimiento del muslo y paso dos dedos bajo el inconfundible tacto de tu braguita. El vello de ambos brazos se te eriza y tu charla se torna errática: intuyes mi juego.

Pinzo con ambos dedos el borde de la braguita y la acaricio arriba y abajo, rozando adrede la piel que cubre.
Decido ser menos sutil y rozo tu vulba por encima de la braguita: tu conversación se trunca abruptamente y te muerdes el labio inferior acallando el arrebato de pasar a la acción que te inunda.

Dejo caer mi mechero cerca de tus pies, me inclino a recogerlo y te propino un mordisco en la cara interna del muslo que te provoca un estentóreo espasmo por la sorpresa.
Acabas tu bebida y tiras de mi mano para levantarme y guiarme en dirección al coche.

Es una tarde de verano inclemente, hace un calor abrasador y no hay nadie a la vista: no me extrañaría nada ver ranas con cantimplora.

Abres las puertas traseras y dejas que el coche pierda temperatura, porque aunque lo has aparcado a la sombra de un árbol rodeado de
setos, el calor que desprende no es cosa de risa.

Apoyas tu hermoso culo en el asiento de atrás mientras te descalzas, te desprendes de las braguitas y apoyas tu delicia de pies en el marco de la puerta.

Me miras, abres y cierras tus piernas groseramente y silbas para que me acerque, como si de un perrito me tratase: 'Ven buffy, ven'.
Hago un poco el payaso y me acerco a cuatro patas resoplando con la lengua fuera, emitiendo ladridos-bufido (¡bouffff, boufff!).
Cuando tengo la cabeza entre tus piernas, apoyas tus piernas en mi espalda, tus manos en mi cabeza y la comprimes contra tu coño diciendo: 'lame, buffy, lame'.

Comienzo liviano: la punta de mi lengua recorre tu coño hidratándolo, lento, pausado, de arriba a abajo con pautas que hace que cada subida o bajada se ejecute por una 'vertiente' distinta de sus pliegues. Los exploro unas cuantas veces hasta que ganan consistencia hinchándose un poquito.
Apoyas tus talones en mi espalda y agarras mi pelo con ambas manos: tu respiración se entrecorta.

Paulatinamente mis lametones pasan a ser más briosos y profundos. Dedico especial atención al clítorix y a la entrada de tu vagina, que tras empezar a humedecerse, sabe deliciosa.
Tus talones se clavan en mi espalda y tus manos comprimen mi cabeza contra tu coño con relativa fuerza: emites tímidos gemidos.

El sabor de tu coño es delicioso y quiero más, asi que:
- Con los labios comprimo tu clítorix, tiro de tus labios mayores y sorbo tu rajita con dedicación.
- Con la lengua lamo sus pliegues, la ahuso para dar toquecitos al clítorix y la aplano para recorrer tu coño de arriba a abajo con relativa presión.
- De vez en cuando soplo aire frío, o vaho cálido para variar la temperatura antes de aplicar el siguiente estímulo.
-Consigo que de tu coño mane más deliciosa ambrosía que me sabe a gloria.

Las plantas de tus pies están apoyadas ahora por completo en mi espalda, sus dedos comprimen la piel que tocan y tus manos se aferran a mi cabellera con fuerza: gimes ya de manera abierta mientras sigo libando la deliciosa fruta.

Te sobreviene un orgasmo, pero lejos de parar no cejo en las atenciones, que aunque más suaves, deben de hacer que el clítorix te duela un poco al estar todavía muy sensible.
Arqueas la espalda y balanceas la cadera arriba y abajo, golpeas mi cabeza y con las manos la empujas intentando liberarte de la boca que te atormenta, pero careces de suficiente fuerza y cada vez tienes menos.

Te rindes al fin y tras dejar que mi boca te lleve a un segundo orgasmo, te libero de su vampírico festín.

Tus muslos rodean mi cabeza y permaneces tumbada de espaldas en el sillón trasero del coche intentando recuperar el resuello.
Cojo tus piernas por los tobillos y manteniéndolas delante de mi, te follo desde esa posición: tu cara es un poema cada vez que sientes mi polla penetrar lentamente tu coño, saboreándolo.

Pequeñas contracciones inundan tu vagina, que a su vez se reflejan en mi pene y hacen que lo deguste con sumo placer.

Paso a hacerlas tan profundas que toco fondo, pero no subo aún la intensidad de las mismas, para que disfrutemos ambos de mi glande resbalando por cada nervadura interna de tu vagina.

Hay un punto que te hace vibrar de modo distinto: tras tenerlo bien localizado, lo ataco con decisión.
Subo la intensidad de las embestidas y concentro el mayor roce posible en ese punto.

Te agarras las piernas con fuerza por los muslos, como si te agarrases a un salvavidas y yo por mi parte aumento la rudeza de las embestidas.
Tu cara enrojece y tus gemidos amenazan tornarse gritos: te tapo la boca con una mano mientras sigo embistiendo.

Amortiguado el sonido, gritas y gimes sin pudor haciendo que hilos de saliva pasen entre mis dedos mientras te follo a ritmo demencial.
Llega un momento en que tu cadera se mueve acompañando mis embestidas para provocarlas más fuertes, pero dura poco porque explotamos ambos en un orgasmo que nos deja vacíos.

Dejas caer flácidos tus brazos hasta el asiento, y al abrir los ojos me ves boquear encima de ti con el torso apoyado sobre tus muslos.

Nos damos un profundo beso, devorándonos la boca hasta perder el aliento.

Mmmmmm, que tardes...
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Sabe a ti, está riquísimo
Posted:Sep 16, 2015 11:12 am
Last Updated:Nov 30, 2016 4:56 am
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Contemplo avanzar hacia mi el sugerente balanceo de tu bronceado cuerpo desnudo por el pasillo.
Tu rostro de piel tostada resalta el brillo de tus ojos, semiocultos en la cascada de pelo que es tu flequillo.

Vislumbro la punta de tu lengua tratando de pasar inadvertida cuando te hidratas los labios y bajo la vista para deleitarme contemplando los roces que tu mano le regala a uno de tus pezones.

Te plantas de pie frente a mi mirándome a los ojos, inmóvil, emulando una estatua griega.
Te sobrepaso por la derecha haciendo que mi mano izquierda roce tu cadera al rotar alrededor de ti mientras te lanzo una mirada ladina.
Finalmente, pego mi torso a tu espalda y tu piel se enciende al sentir el calor de mi cuerpo calar el tuyo.

Aparto suavemente el pelo de tu nuca, y beso a medio camino del cuello: tu piel se eriza al contacto de mis labios.
La mano en tu cadera repta hasta tu pecho izquierdo y lo colma comprimiéndolo suavemente. La otra avanza hasta tu sexo y se entierra entre sus labios, tentando los húmedos y oscuros secretos que encierran.

Al sentir la invasión, tu cadera da respingos arqueándose hacia atrás, con lo que tu trasero pega deliciosos empellones contra mi pelvis.
Acompasas mis caricias con el suave balanceo de tu culo y pronto notas pulsar mi pene, que gana firmeza, pugnando por salir entre tus glúteos.

Me enfrentas, lo agarras y lo guias hasta atraparlo a lo largo de los suaves labios de tu cálido coño.
Plantas el pie izquierdo firmemente en el suelo y abrazas mi cadera con la otra pierna, iniciando un mamboleo que nos masturba a ambos.

Gimes frente a mi rostro y por la repercusión que tiene en mi pene, notas que lo disfruto intensamente.
Lo sientes suficiente rígido ya, me pasas los brazos por el cuello y te aupas abrazando mi cadera con ambas piernas, dejando que el peso de tu cuerpo haga que te empales lentamente.
Agarro tu culo con ambas manos para aguantar parte de tu peso, permitiendo que te muevas arriba y abajo para hacer que las penetraciones tengan largo recorrido: me torturas lentamente.

Cuando no aguanto más, te apoyo contra la pared y embisto rudo y seco. Me mordisqueas la oreja y gimes al oido: en respuesta aumento la cadencia de mis embestidas.
Me clavas las uñas en la espalda y tus piernas me aprisionan la cadera con más fuerza, sublime.

Siento tensión en los músculos de tu cuello, tus uñas queriendo perforar mi espalda, tus piernas aumentando su presión sobre mi cadera y los temblores antesala del orgasmo, por lo que muerdo tu cuello para intensificarlo.

Te corres gimiendo como loca y flaquean tus fuerzas unos instantes. Tras reponerte pasas al ataque y me estampas contra la pared propinándome una felación brutal.

El ritmo demencial me hace eyacular al poco tiempo sobre tu rostro.
Con un dedo pruebas mi cálido fruto, te sonríes y me dices: 'Mmmmm, sabe a ti, que rico'.
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Se acabó lo de ser hombre de 'pelo en pecho'
Posted:Sep 13, 2015 6:21 am
Last Updated:Nov 30, 2016 4:56 am
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Pues si, pues si.

Me he mirado al espejo y aun con la negativa de mi churri, me lo he depilado y a tomar 'for-farlein'

¿Qué opinaís de como queda?

Besitos

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Juguemos con columpios de adultos... (ficción)
Posted:Sep 11, 2015 1:45 pm
Last Updated:Sep 12, 2015 10:35 pm
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Sabes que siempre me fascinaron los columpios de bridas porque me parecían ideales para variar rápida y cómodamente de postura.

Me haces saber que has comprado uno y que has instalado un anclaje en el techo del salón de tu casa con la excusa de poner un tiesto colgante. En realidad, te aseguras de poderlo sustituir por el columpio siempre que quieras para tenerlo de 'quita y pon'.
Celebro tu idea, pareciéndome inteligente y me invitas a 'probarlo juntos un día de estos'.

Cierto tiempo después me llamas, diciendo que dispones de un fin de semana sola en casa, y que habías pensado en mi para probar el artilugio de marras. Yo solo tendré un par de horas, no es lo ideal, pero es lo que hay.

Llega el día y voy a tu casa: me recibes vestida con una bata cerrada y me haces pasar a toda prisa al piso (esos vecinos, ais).

Cuando llego al salón puedo ver el rincón triangular que tienes entarimado de madera, con el columpio ya preparado.

Me fijo que tiene cuatro bridas para las extremidades, una mayor para la cadera y un triángulo central de sujección, que vete a saber para que sirve.

Después charlar un poco y tomarnos unas bebidas, me desvistes sensualmente mientras me besas. Seguimos besándonos, te pegas a mi cuerpo y magreas mi pene, que va cogiendo volumen.

Dejas caer la bata mientras subes al entarimado con movimientos felinos. Acomodas las bridas principales a tu cadera y espalda para que aguanten tu peso, para quedar colgada boca arriba en el aire.

Apoyas los pies en dos bridas más pequeñas y pasas las dos restantes por las muñecas, y te columpias abierta de piernas.

Lanzas miradas de niña mala y cada balanceo te acerca más y más a la posición que ocupo en pie frente a ti.

Me adelanto y me rodeas con las piernas: aprovechas para que las sujecciones en las que apoyabas los pies, se enfunden hasta los muslos junto a las rodillas.

Retiro tus piernas de mis caderas y dejo que cuelguen laxas del columpio... Te penetro con facilidad.

Intentas balancear tu cuerpo y ese mínimo movimiento hace que mi pene entre y salga de ti, lo que te anima a seguir.

No me parece suficiente, agarro tus caderas y te propino empellones brutales y secos espaciados en el tiempo.
Cada uno de ellos te arranca un gritito que tiene regusto a gemido.

Experimento, girando tu cuerpo en el columpio y quedas boca abajo con la cabeza frente a mi. Aprovecho y te follo la boca.

Quiero seguir y roto tu cuerpo boca abajo 180 grados, teniendo una bella visión de tu culo.

Te agarro por los muslos y sin mover un ápice mi cuerpo, balanceo el tuyo, follándote desde atrás a un ritmo cadencioso un buen rato.

Viéndote asi colgada veo una posibilidad de otra cosa que me gusta más.

Volteo tu cuerpo y quedas frente a mi, boca arriba y abierta de piernas.
Pongo una rodilla en la tarima, agarro tus muslos y desde esa postura tan cómoda te como lentamente el coño sin apenas esfuerzo.

Tus espasmos de placer, hacen tintinear las bridas del columpio, y me anima a seguir con más ahínco hasta que te dejo al borde del orgasmo.

Te lo niego y me retiro. Entierro el largo de mi pene en la raja de tu humedecido coño y te balanceo para masturbarte con el, con el plus de que el glande propina suaves toques al clítorix.

Cuando por tus gemidos noto que aún excitadísima tu estimulación se va estancando, agarro tu cadera y te penetro de un solo empellón para follarte a un ritmo brutal.

Gritas, gimes y te revuelves en el columpio un buen rato , hasta que arqueas tu espalda hacia atrás teniendo un orgasmo antológico. Salgo de ti un momento antes y dejo que la enorme cantidad de flujo encharque el entarimado.

Miras el suelo y mientras te ríes con ganas, aprovecho para atacar tu coño con boca y lengua de manera salvaje, haciéndote gritar de nuevo, sin asomo de que quieras atemperar los sonidos que emites.

Tienes otro orgasmo que me pinta la cara de ti. Cuando alzas la cabeza para mirarme, ves como me relamo goloso y la dejas caer de nuevo hacia atrás.

Se me ha acabado el tiempo, me visto y me voy, dejándote aún colgada en el columpio extenuada.

Me despido con un: 'Nos vemos, preciosa' que me suena un tanto presuntuoso.
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